En las calles de México y a lo largo de Latinoamérica, es común escuchar el nombre «Firulais» para referirse a los perros, especialmente a aquellos sin hogar o cuyo nombre desconocemos. Pero, ¿de dónde proviene este término tan arraigado en la cultura popular?
La etimología de «Firulais» se vincula con la historia de la migración mexicana a Estados Unidos en el siglo XX. Una de las teorías más aceptadas sugiere que el nombre deriva de la expresión en inglés «free of lice», que significa «libre de piojos» o «libre de pulgas». Esta frase era utilizada por las autoridades estadounidenses al referirse a los perros que acompañaban a los trabajadores migrantes, asegurándose de que estuvieran libres de parásitos.
Con el tiempo, la pronunciación de «free of lice» se fue adaptando al español, transformándose primero en «fri yu lais» y eventualmente en «Firulais».
Otra versión del origen de «Firulais» se relaciona con un torero tapatío de Jalisco que, tras abandonar la tauromaquia y perder su fortuna, se convirtió en un personaje popular al que la gente comenzó a llamar «Firulais».
Independientemente de su origen, «Firulais» se ha convertido en un término cariñoso y familiar para llamar a los perros en México y otros países de habla hispana, reflejando la calidez y el sentido de humor característicos de la cultura latinoamericana.