Por Juan Pablo Ojeda
Los fanáticos de “Game of Thrones” se dieron cita en Dallas para participar en una subasta histórica que reunió a miles de entusiastas dispuestos a pujar por piezas icónicas de la exitosa serie de HBO. Durante el evento organizado por Heritage Auctions, que tuvo lugar entre el jueves y el sábado, se exhibieron más de 900 lotes que incluían trajes, utilería, armas y otros objetos memorables de la serie, logrando recaudar la impresionante cifra de 21,1 millones de dólares.
El punto culminante de la subasta fue, sin duda, el Trono de Hierro, el mismo símbolo del poder que los personajes pelearon por dominar a lo largo de ocho temporadas. Este icónico objeto se vendió por 1,49 millones de dólares después de una intensa puja de seis minutos. La réplica, elaborada en plástico y decorada con joyas, fue basada en el modelo original utilizado en la serie y representó el deseo de muchos aficionados por tener un pedazo de esa mágica historia.
Joe Maddalena, vicepresidente general de Heritage, comentó que era evidente que el evento tendría un gran impacto. “Estos son tesoros extraordinarios hechos por diseñadores de vestuario y fabricantes de utilería ganadores del Emmy, quienes trabajaron incansablemente para adaptar las maravillosas novelas de George R.R. Martin”, expresó.
Más de 4,500 participantes se unieron a la subasta, que se convirtió en el segundo evento de entretenimiento más exitoso de Heritage Auctions, superado solo por la célebre subasta de Debbie Reynolds en 2011. Más de 30 lotes alcanzaron el millón de dólares, incluyendo la espada Longclaw de Jon Snow, que se vendió por 400,000 dólares, y su uniforme de la Guardia Nocturna, que alcanzó los 337,500 dólares.
Las pujas comenzaron con ofertas que variaron entre 500 y 20,000 dólares, pero muchos artículos se vendieron por sumas mucho mayores. Por ejemplo, un conjunto de gamuza gris usado por Daenerys Targaryen se vendió en 112,500 dólares, mientras que el vestido de terciopelo rojo de Cersei Lannister se remató en 137,500 dólares.
Este evento no solo fue una oportunidad para que los aficionados obtuvieran recuerdos de su serie favorita, sino también una celebración de la rica historia y el legado de “Game of Thrones” en la cultura popular.