Por Juan Pablo Ojeda
El uso continuo de herramientas de inteligencia artificial (IA), como ChatGPT, está generando un cambio significativo en la forma en que trabajamos, aprendemos y nos comunicamos. Sin embargo, un reciente estudio realizado por la Universidad Carnegie Mellon en colaboración con Microsoft revela que la dependencia excesiva de estas tecnologías está afectando negativamente nuestras facultades cognitivas. Los investigadores encontraron que la exposición constante a la IA está disminuyendo nuestra capacidad para pensar críticamente, analizar información y recordar datos de forma autónoma.
El impacto de la IA en el pensamiento crítico
El estudio se centró en 319 trabajadores del conocimiento, incluyendo analistas, programadores y escritores, quienes utilizan la IA generativa en su trabajo diario. Los resultados mostraron que, aunque las herramientas de IA aumentan la eficiencia de los usuarios, aquellos que confiaban más en ellas para realizar tareas complejas mostraban una tendencia a involucrarse menos en el proceso de reflexión y análisis.
Según los investigadores, la IA podría llevar a una «atrofia cognitiva», donde las personas se vuelven menos propensas a cuestionar y verificar la información proporcionada por estas herramientas. Este fenómeno podría afectar negativamente la capacidad de los usuarios para tomar decisiones informadas y resolver problemas de manera independiente.
El riesgo de la dependencia cognitiva
Uno de los hallazgos más preocupantes del estudio es el concepto de «dependencia cognitiva». Esto ocurre cuando los usuarios delegan tareas completamente a la IA sin hacer un esfuerzo por involucrar su propio juicio o pensamiento crítico. Los investigadores advirtieron que, al igual que los músculos se atrofian sin ejercicio, las facultades cognitivas pueden debilitarse si no se ejercen adecuadamente.
La automatización de tareas rutinarias a través de la IA puede hacer que los usuarios pierdan la habilidad de abordar problemas de manera autónoma, ya que no están involucrando su pensamiento de forma activa. Además, los usuarios que confían ciegamente en las respuestas generadas por la IA pueden estar tomando decisiones erróneas debido a la falta de verificación y análisis.
Consecuencias para la toma de decisiones
El estudio también destaca el riesgo de que la toma de decisiones se vea afectada por la dependencia de la IA. Muchos trabajadores tienden a aceptar respuestas generadas por la IA sin cuestionarlas, lo que podría llevar a decisiones mal fundamentadas, especialmente en situaciones críticas donde la precisión es clave.
En algunos casos, aunque los usuarios son conscientes de que las respuestas de la IA no siempre son correctas, carecen del conocimiento necesario para corregirlas o ajustarlas por sí mismos. Este problema se agrava en contextos donde las decisiones basadas en datos precisos son cruciales, como en la planificación estratégica o en la resolución de problemas complejos.
Reflexión sobre el uso consciente de la IA
A pesar de los riesgos, algunos usuarios ejercen un control consciente sobre el uso de la IA, verificando las respuestas o adaptando las recomendaciones. Sin embargo, este comportamiento se está volviendo cada vez menos común. Muchos prefieren utilizar la IA como una herramienta para agilizar su trabajo, lo cual puede ser útil a corto plazo, pero potencialmente perjudicial a largo plazo si se pierde la capacidad de ejercer el pensamiento crítico.
El estudio subraya la importancia de equilibrar el uso de la IA con la preservación de nuestras facultades cognitivas. Si bien estas herramientas pueden mejorar la eficiencia, es fundamental que los usuarios sigan involucrándose activamente en la toma de decisiones y en la resolución de problemas, para evitar la pérdida de habilidades cognitivas esenciales.