Las arrugas se presentan como marcas de la propia edad, sumado a malos hábitos en lo que respecta al cuidado de la piel. Para reducir esos pliegues podemos acudir a diversos cosméticos costosos, pero también a económicos remedios naturales. Entonces te diremos cómo utilizar limón y laurel para recuperar el cutis, preservando la belleza de la piel, reparando y tonificando.
Esto se debe a que los minerales, las vitaminas y antioxidantes de dicha planta y del cítrico reafirmarán la piel, retrasando los efectos del envejecimiento y disminuyendo las arrugas. Para ser más específicos, las hojas de la hierba son ricas en potasio, magnesio y vitaminas B6, B9 y C, al mismo tiempo que posee una acción diurética, antiinflamatoria, antioxidante y expectorante. Esto se suma a las propiedades para eliminar el acné.
Y en lo que respecta al cítrico, expertos afirman que actúa como suavizante y reafirmante de la piel gracias a su contenido de hierro, calcio y potasio. Así mismo, previene manchas que pueden ser provocadas por el sol y contribuye a la eliminación de imperfecciones como acné y espinilla, por lo que el limón será un aliado para quienes se aproximan a la longevidad, particularmente por la cantidad de vitamina C que brinda a la salud, junto a flavonoides y antioxidantes.
En consecuencia, reuniendo estos dos ingredientes podremos elaborar un té exquisito para el cuidado de la piel. Para ello tendremos que preparar un té de limón con hojas de laurel. Para ser más precisos, habrá que reunir hojas de ambas plantas y calentarlas en un recipiente con cuatro tazas de agua. Cuando hierva, debemos esperar a que se entibie y en ese momento, lavar el rostro con la infusión.
El siguiente paso para reducir las arrugas consistirá en humedecer una toalla pequeña en el té de laurel y limón y colocarla sobre el rostro; dejándola reposar por 20 minutos para después enjuagar con agua fría. La recomendación de especialistas pasa por realizar estos paños en el rostro cada tres días, durante la noche.
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