Aunque los mexicanos ya consumen menos frijol porque lo consideran una «dieta de pobres», un estudio de la Universidad de Harvard indica que este tipo de legumbres son benéficas para la salud.
El 9 de febrero, un grupo de expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) determinó que el consumo per cápita de frijol de los mexicanos cayó drásticamente en las últimas décadas debido a que muchos consideran a este alimento como un producto para las clases bajas.
Sin embargo, en un consumo equilibrado, las legumbres son alimentos esenciales para mantener los niveles de colesterol bajos, según indica el estudio Love those legumes!, publicado en la Harvard Health Publishing.
De acuerdo con los expertos de esta institución académica, una dieta rica en estos productos implica que la persona desarrolle un menor riesgo en desarrollar obesidad, diabetes, hipertensión arterial, colesterol alto, enfermedades cardiacas o accidentes cerebrovasculares.
«De hecho, comer legumbres a diario puede tratar eficazmente estas enfermedades en personas que ya las padecen», aseguran los expertos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard.
Una de estas legumbres es el frijol, alimento básico del pueblo mexicano que se puede encontrar en prácticamente cualquier producto o platillo de su gastronomía, desde las sopas y los caldos hasta antojitos como las quesadillas, los tlacoyos, los sopes o los huaraches.
También están presentes en todas las gastronomías del mundo: en el humus de la comida mediterránea (garbanzos), en el english breakfast (frijoles dulces) o en el dal de la India (lentejas).
El estudio de la Universidad de Harvard se realizó de forma clínica en más de 100 personas con diabetes tipo 2, a quienes se les proporcionó una tasa de alubias, garbanzos o lentejas diariamente durante tres meses. Al final [este consumo] se asoció a una disminución significativa del peso corporal, de 2,7 kilogramos a 2 kilos. Además, se notó una disminución en el perímetro de la cintura, los índices de el colesterol (una baja de 8 puntos) y la presión arterial.
«Todas estas mejoras son impresionantes. Estamos hablando de judías, no de medicamentos con todos esos efectos secundarios», detalla el análisis.
Las legumbres son las semillas comestibles de las plantas leguminosas que se cosechan para ser consumidas. Los frijoles secos, las lentejas y los guisantes son los tipos de legumbres más comúnmente conocidos, según información de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Asimismo, contribuyen a una mejora del medio ambiente. Según información de la FAO, «las legumbres tienen la capacidad de fijar el nitrógeno atmosférico en los suelos, lo que mejora la fertilidad del suelo, y por tanto, aumenta la productividad de las tierras de cultivo. Además, usando legumbres para los cultivos intercalados y de cobertura, los agricultores pueden promover la biodiversidad agrícola y del suelo, manteniendo a raya las plagas y enfermedades nocivas».
En 2019, la ONU declaró el 10 de febrero como el Día Mundial de las Legumbres.