¿Es cierto que los padres tienen hijos favoritos? Esto dice la ciencia

Aunque muchos padres aseguran que no tienen un hijo favorito, la ciencia parece contradecir esta afirmación. Según un reciente metaanálisis publicado por la Asociación Americana de Psicología (APA), los padres sí muestran preferencias entre sus hijos, y estas inclinaciones pueden depender del género, el orden de nacimiento y ciertos rasgos de personalidad.

¿Qué dice el estudio?

El análisis, liderado por Alexander Jensen, profesor asociado de la Universidad Brigham Young, examinó datos de 30 artículos científicos y 14 bases de datos, con un total de 19,469 participantes. El objetivo era identificar cómo las características individuales de los hijos influyen en el trato diferenciado por parte de los padres.

Entre los principales hallazgos, se destacó que:

  • Los hijos primogénitos suelen disfrutar de mayores libertades y privilegios en comparación con los menores.
  • Las hijas tienden a ser favorecidas tanto por madres como por padres, desafiando la creencia de que los padres prefieren a los hijos varones.
  • Los niños con rasgos de conciencia, responsabilidad y organización reciben un trato más favorable y enfrentan menos conflictos familiares.

“Los padres pueden mostrar favoritismo de muchas maneras, desde cómo interactúan con sus hijos hasta cuánto dinero gastan en ellos o el control que ejercen sobre sus vidas”, explicaron los autores del estudio.

El trato diferenciado puede tener efectos tanto positivos como negativos en los hijos. Aquellos que reciben más atención suelen disfrutar de mejores relaciones familiares y bienestar emocional. Por el contrario, los hermanos menos favorecidos tienden a presentar mayores riesgos de padecer problemas de salud mental y relaciones tensas con sus familiares.

“Este estudio nos ayuda a entender qué factores influyen en el favoritismo parental y cómo esto puede afectar la dinámica familiar”, señala Jensen.

¿Qué pueden hacer los padres?

Los investigadores enfatizan la importancia de que los padres reflexionen sobre sus propios sesgos y trabajen para ofrecer un trato equitativo a todos sus hijos. Ser conscientes de las diferencias en la crianza puede ayudar a prevenir tensiones familiares y promover un ambiente más armonioso en el hogar.

“La próxima vez que sientas que tu hermano es el preferido, recuerda que el favoritismo no siempre está ligado a preferencias simples. Puede depender de la personalidad, el temperamento o de cómo interactúas con tus padres”, concluye Jensen.

Este estudio no solo invita a reflexionar sobre la crianza, sino también a buscar maneras de construir relaciones familiares más equilibradas y saludables. ¿Tú qué opinas? ¿Crees que el favoritismo parental es inevitable?

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