Por Juan Pablo Ojeda
Aunque el Sol parece estar en calma a simple vista, hace apenas tres días registró una impresionante erupción que ha puesto en alerta a científicos del clima espacial. El evento fue tan intenso que los filamentos solares alcanzaron casi un millón de kilómetros de altitud, tomando una curiosa forma de “alas de pájaro” que ha captado la atención de expertos en todo el mundo.
Según la física y especialista en clima espacial Tamitha Skov, esta erupción ha provocado una tormenta solar significativa. La buena noticia es que no impactará directamente a la Tierra. Sin embargo, existe una baja probabilidad de que las radiaciones generadas sí lleguen a nuestro planeta, lo que podría ocasionar algunas interferencias.
Los astrónomos anticipan que, si esto ocurre, entre el 16 y 17 de mayo podríamos experimentar problemas leves en la propagación de radio de alta frecuencia y algunas fallas menores en los sistemas de GPS, especialmente en zonas cercanas a los polos.
Skov, conocida por sus análisis sobre el comportamiento del Sol y su influencia en la Tierra, compartió imágenes que muestran una aparente tranquilidad solar, con apenas una mancha visible. No obstante, esto no es garantía de estabilidad completa, ya que las tormentas solares pueden surgir de manera repentina y sus efectos alcanzan a tecnologías esenciales para la vida moderna.
Aunque por ahora no hay motivos para alarma, este tipo de fenómenos recuerdan que el clima espacial también forma parte de nuestro entorno natural, y que su vigilancia constante es clave para prevenir riesgos tecnológicos y mantenernos conectados.