CDMX a 4 de noviembre, 2022.- La apuesta por fuentes alternas de energía de México y EE.UU. se vio reforzada este miércoles, cuando entró en vigor un acuerdo bilateral para la cooperación pacífica en materia de energía nuclear, informó el Departamento de Estado.
Este es el primer convenio en su tipo en ser firmado por los países, si bien la cooperación entre ambos en temas nucleares se extiende por cerca de 80 años.
Actualmente, México y EE.UU. se encuentran negociando un nuevo acuerdo de cooperación y desarrollo en materia de energías renovables, que será dado a conocer durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la llamada COP27, que comienza el próximo 6 de noviembre en Egipto.
Antecedentes
El Acuerdo 123, como también se le conoce al acuerdo nuclear en vigor, comenzó a ser negociado en 2016 entre las administraciones de los expresidentes Donald Trump y Enrique Peña Nieto. Luego de dos años de diálogo, el pacto fue firmado en mayo de 2018, aunque no pudo entrar en funcionamiento por retrasos en su proceso de ratificación.
Finalmente, el acuerdo fue aprobado por el Senado mexicano en marzo de 2022, entrando en operaciones el 1 de noviembre, con una vigencia de 30 años.
¿Qué establece el acuerdo?
Con base en el principio de no proliferación, el convenio permite la transferencia de material nuclear y el intercambio de equipos (incluidos reactores), componentes e información para la investigación y la generación de energía. Asimismo, faculta a las partes a participar de manera conjunta en la construcción, diseño, mantenimiento y capacitación de centrales nucleares.
En otros temas, el convenio también establece un marco de cooperación en materia de seguridad nuclear, protección radiológica, cuidado del medio ambiente y preparación para las emergencias.
El acuerdo impide la transferencia de información restringida y de tecnologías nucleares sensibles, como las vinculadas al enriquecimiento y procesamiento de energía nuclear. Además, establece que solo se podrá intercambiar uranio poco enriquecido como material fisionable especial, a menos que las partes negocien el uso reducido de otros elementos.
En otros temas, el convenio también establece un marco de cooperación en materia de seguridad nuclear, protección radiológica, cuidado del medio ambiente y preparación para las emergencias.
El acuerdo impide la transferencia de información restringida y de tecnologías nucleares sensibles, como las vinculadas al enriquecimiento y procesamiento de energía nuclear. Además, establece que solo se podrá intercambiar uranio poco enriquecido como material fisionable especial, a menos que las partes negocien el uso reducido de otros elementos.
El potencial nuclear detrás
La generación de energía nuclear en México se remonta a la década de los años cincuenta, cuando se fundó la Comisión Nacional de Energía Nuclear (CNEN) en 1956. Dos años más tarde, empezaron a operar centrales de esta tipo en EE.UU.
Hoy en día, EE.UU. es la nación que más energía nuclear produce en el mundo, con 98 centrales instaladas y una generación de 99.333 megavatios (MW) netos, mientras que México ocupa el segundo lugar de Latinoamérica en capacidad productiva, con dos centrales que generan 1.552 MW netos.
A raíz de la crisis climática, EE.UU. hizo el compromiso de transitar a cero emisiones en 2050, en tanto que México propuso reducir sus emisiones de carbono negro en un 51 %, y las de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en un 22 % hacia el 2030.
Con datos hasta septiembre de 2021, solo el 8,67 % de la energía producida en México era nuclear. Mientras que en EE.UU. el 20 % de toda la energía eléctrica producida de 1990 a 2021 había sido generada en centrales nucleares.
¿Es la energía nuclear la alternativa?
A pesar de que la energía nuclear emite relativamente pocos GEI (aproximadamente 66 gramos de CO2/KWh) y puede ser generada de manera constante, a diferencia de la energía solar o la eólica, sus residuos están entre los más nocivos para el medio ambiente, detalla la organización ambientalista Green Peace.
El problema con este tipo de energías es que la descomposición de materiales enriquecidos con uranio puede llegar a durar hasta un millón de años y se requiere de por lo menos un siglo para que una área con residuos nucleares sea completamente descontaminada.