En la era digital, nuestra información personal se ha convertido en una moneda de cambio, manipulada y comercializada en las sombras por entidades conocidas como ‘data brokers’. Estas compañías, aunque operan legalmente, practican la venta de información personal en Internet, una práctica que sigue siendo desconocida y oculta para la mayoría de los usuarios.
Los ‘data brokers’ recopilan datos de usuarios de múltiples fuentes, incluyendo redes sociales, historiales de navegación en línea, e incluso registros demográficos y sanitarios. Marc Rivero, investigador en Kaspersky, los describe como entidades que buscan «recabar información personal sobre los usuarios», creando así identidades digitales detalladas.
Más allá de la mera venta de datos, estas compañías ofrecen también servicios de análisis a medida, proporcionando a las empresas información valiosa para la identificación de potenciales clientes o el enriquecimiento de estudios de mercado. Diferenciándose de gigantes como Google o Facebook, que también recopilan y ceden datos, los ‘data brokers’ operan de forma más encubierta, a menudo pasando desapercibidos para los usuarios.
Un informe de 2007 del Congressional Research Service de EE.UU. ya señalaba la preocupación por «la vasta cantidad de información personal que los ‘data brokers’ recogen». Para 2021, Transparency Market Research estimó el volumen de negocio global de estos brokers en unos 225.000 millones de euros, con proyecciones de crecimiento hasta 433.000 millones para 2031.
Empresas como Acxiom Corporation, Experian, Equifax, CoreLogic, Epsilon o LexisNexis destacan en este mercado, aunque suelen mantener un perfil bajo y no siempre es fácil acceder a información sobre sus operaciones.
El análisis psicográfico es una de las técnicas empleadas por estos brokers, proporcionando perfiles detallados de los usuarios que van más allá de la simple demografía. La información se obtiene de múltiples fuentes y se combina mediante técnicas ETL (extraer, transformar y cargar) para su posterior análisis y venta, a menudo para publicidad dirigida o estudios de mercado.
El escándalo de Cambridge Analytica puso de manifiesto el poder y la influencia de los ‘data brokers’ en la microsegmentación de mensajes, incluso en el ámbito político.
A pesar del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) en la UE, que garantiza una alta privacidad a los usuarios, las actividades de los ‘data brokers’ encuentran formas de sortear estas regulaciones, a menudo operando desde fuera de la UE y vendiendo información de usuarios europeos.