El PAN critica la postura de Sheinbaum sobre Nicolás Maduro y la investidura en Venezuela
Por Bruno Cortés
En el Senado de la República, las tensiones subieron después de que la presidenta Claudia Sheinbaum anunciara que enviará a un representante de su gobierno a la investidura de Nicolás Maduro, quien tomará posesión como presidente de Venezuela el próximo 10 de enero. Este evento ha sido rodeado de controversia debido a las denuncias de fraude electoral en las pasadas elecciones, lo que ha generado una fuerte reacción en varios sectores políticos de México.
La coordinadora del Partido Acción Nacional (PAN) en el Senado, Lupita Murguía, no dudó en expresar su rechazo a la decisión de Sheinbaum. Según ella, el verdadero ganador de las elecciones en Venezuela es Edmundo González, quien, según la visión del PAN, fue elegido por el pueblo venezolano en un proceso legítimo. Sin embargo, Murguía sostiene que las pruebas de fraude electoral en los comicios son “contundentes”. Esta postura se refuerza con un llamado a defender los valores de la libertad, los derechos humanos y la democracia, principios que, para los panistas, no deben ser comprometidos por ningún gobierno, mucho menos por el mexicano.
El senador Marko Cortés también se sumó a las críticas, destacando la publicación de un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que detalla graves violaciones a los derechos humanos durante el proceso electoral en Venezuela. Cortés no dejó pasar la oportunidad para interpelar a Sheinbaum, preguntándose si aún con la evidencia del informe, el gobierno de la Ciudad de México sigue dispuesto a “avalear la dictadura” de Maduro. Para él, esto es un golpe directo a los valores democráticos que deberían guiar la política exterior mexicana.
En la misma línea, la senadora Michel González no escatimó palabras para condenar la postura del gobierno de Sheinbaum. Según ella, el hecho de que se reconozca a Maduro como presidente de Venezuela es una violación al principio de autodeterminación de los pueblos. En su opinión, esta actitud no solo es una falta de respeto hacia el pueblo venezolano, sino una complicidad con lo que ella considera un “robo descarado” de la democracia en el país sudamericano.
El conflicto se intensificó cuando, a finales de 2024, el PAN presentó un punto de acuerdo en el que solicitaba al gobierno de México unirse a los más de 30 países democráticos que han reconocido a Edmundo González como el legítimo presidente de Venezuela. Este punto de acuerdo fue una manifestación clara de la postura de la oposición mexicana sobre la crisis política en Venezuela, a la vez que un cuestionamiento a la política exterior del gobierno de Sheinbaum, quien, por su parte, ha mantenido una postura de respeto a la soberanía de Venezuela.
Este episodio subraya el creciente debate sobre la relación de México con Venezuela, un tema que divide claramente a las fuerzas políticas del país. La postura del PAN refleja un compromiso con la defensa de la democracia y los derechos humanos en América Latina, mientras que el gobierno de Sheinbaum parece priorizar la diplomacia y el respeto a los procesos internos de los países, incluso si estos están cuestionados por organismos internacionales.
En resumen, la situación plantea un choque de principios y enfoques en la política exterior mexicana, donde la crítica sobre el manejo de las relaciones internacionales se mezcla con la defensa de valores fundamentales como la democracia, la soberanía y los derechos humanos.