El país se está quemando… y el presupuesto no alcanza ni para apagar cerillos

Por Bruno Cortés

 

Imagina que ves el humo en la montaña, que el cielo se pinta de gris y que el aire huele a quemado. No es una película apocalíptica, es México en temporada de incendios, y lo peor del caso es que las instituciones encargadas de apagar esos fuegos no tienen ni con qué echarle un balde de agua.

La diputada Abigail Arredondo Ramos, del PRI, se paró frente a los medios y dijo lo que muchos en las comunidades rurales ya sabían desde hace meses: no hay lana suficiente para enfrentar los incendios forestales que están arrasando bosques de norte a sur del país. Con la voz firme —pero con datos duros y alarmantes—, lanzó un llamado al gobierno federal para que abra la cartera y suelte más presupuesto, en especial para la Conafor, la Semarnat y las áreas de protección civil, que hoy están operando casi a pulmón.

Y no es exageración. Solo en lo que va del año, ya van casi 3 mil incendios forestales que han calcinado más de 216 mil hectáreas. Es como si se hubieran quemado más de 200 mil canchas de fútbol llenas de árboles. Y los estados que más han sufrido son los de siempre: Jalisco, Estado de México, Michoacán, CDMX, Chihuahua, Puebla, Durango, Veracruz, Chiapas y Morelos. Entre todos ellos, se han llevado el 77% de la superficie quemada.

Abigail no fue sola. Estaba acompañada por su jefe de bancada, Rubén Moreira, y otros diputados del PRI. En ese tono crítico que ya es marca de la casa, hablaron de cómo la Sierra Tarahumara, por ejemplo, vive una doble tragedia: incendios por un lado y sequía por otro. En Guachochi, un municipio en el corazón de la sierra, ya van 17 incendios esta temporada, y muchos sin atenderse como se debe porque ya no existen los centros de manejo de fuego que coordinaba la Conafor con los estados. ¿Por qué? Por los recortes presupuestales, claro.

Y como si fuera poco, se metieron también con el famoso programa Sembrando Vida, que según ellos, lejos de ayudar, ha provocado la tala de árboles nativos para meter otros cultivos, algo que termina por hacer más vulnerable al ecosistema.

Pero no solo se habló de incendios. Rubén Moreira se fue con todo contra el gobierno de Morena, no solo por la falta de recursos para temas ambientales, sino también por el aumento de la percepción de inseguridad entre los jóvenes. Según datos del INEGI, más del 60% de los menores de 18 años se sienten inseguros en México. Y aunque el gobierno presume operativos y detenciones, los datos y las calles dicen otra cosa.

La cosa no paró ahí. También se metieron en terrenos de política exterior, hablando de la llamada sin acuerdos entre Claudia Sheinbaum y Donald Trump, quien sí, volvió a la presidencia de Estados Unidos y ahora amenaza con subir los aranceles a productos mexicanos. ¿Y qué hacía el secretario de Economía, Marcelo Ebrard? Según Moreira, lo vieron en un partido de fútbol.

También se quejaron del nulo reclamo del gobierno mexicano ante un spot gringo de la Secretaría de Seguridad de Estados Unidos, que más que diplomacia parece una cachetada. Para ellos, el gobierno se enoja con los medios locales, pero no se atreve a alzar la voz contra quienes sí tienen poder afuera.

Y sobre la famosa iniciativa para prohibir los narcocorridos, el PRI no se sube tan fácil al barco. Dicen que prohibir por prohibir no sirve de nada, y que mientras en los pueblos las ferias las organiza el crimen, lo que se necesita no es censura, sino justicia y gobierno presente.

Mientras tanto, el país se sigue quemando. Literalmente. Y si no hay presupuesto, ni diplomacia, ni seguridad, ni infraestructura, ¿quién va a apagar el fuego? Porque lo que se está incendiando no es solo el bosque. Es la confianza en que alguien, desde arriba, realmente sepa lo que está haciendo.

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