El Observatorio Vera C. Rubin, ubicado en los Andes chilenos, está a punto de revolucionar la astronomía con su telescopio equipado con la cámara digital más grande del mundo. Con 3,200 megapíxeles y la capacidad de capturar una imagen cada 30 segundos, este instrumento permitirá observar el cielo con una precisión sin precedentes y generar datos equivalentes a tres años de visualización continua de Netflix… ¡en solo un día!
Un gigante de la tecnología astronómica
Este telescopio no solo tiene la cámara más grande jamás construida, sino que también cuenta con un diseño único que combina el espejo primario y el terciario en una sola superficie, lo que le permite reposicionarse en tan solo cinco segundos para la siguiente toma. Esta velocidad es clave para la misión del Observatorio Rubin: crear un time-lapse del universo, capturando fenómenos astronómicos transitorios como supernovas y asteroides.
El proyecto, que comenzó su construcción en 2015 y será inaugurado en 2025, promete una verdadera revolución en la manera en que observamos el cosmos. Durante los próximos diez años, realizará el ambicioso «Legacy Survey of Space and Time» (LSST), un sondeo que generará 20 terabytes de datos diarios.
Principales áreas de investigación
El Observatorio Rubin se centrará en cuatro áreas clave de la astronomía:
- Materia oscura y energía oscura: El Rubin permitirá mapear la materia oscura a través de sutiles distorsiones en las galaxias, ayudando a entender su interacción con la energía oscura.
- Catálogo del Sistema Solar: El telescopio buscará objetos cercanos a la Tierra y podría incluso descubrir el misterioso «Planeta Nueve».
- Cartografía de la Vía Láctea: Mapeará nuestra galaxia con un detalle inigualable, ofreciendo nueva información sobre su formación y evolución.
- Fenómenos transitorios: Detectará en tiempo real objetos que cambien de brillo o posición, enviando alertas para que los astrónomos puedan investigarlos.
Tecnología al servicio de la ciencia
Con sus innovaciones tecnológicas, el Observatorio Rubin podrá generar alertas en solo 60 segundos sobre cualquier cambio en el cielo. Este avance permitirá que la comunidad científica de todo el mundo actúe rápidamente para estudiar fenómenos astronómicos únicos.
El legado de Vera C. Rubin
El telescopio lleva el nombre de la astrónoma Vera C. Rubin, quien demostró la existencia de la materia oscura. Gracias a una combinación de financiamiento privado y público, incluyendo donaciones de Bill Gates y Charles Simonyi, y el apoyo de la Fundación Nacional para la Ciencia de EE. UU., este proyecto tiene la ambiciosa misión de responder a algunas de las preguntas más profundas del universo.