Este 18 de julio, se recuerda el fallecimiento de Benito Juárez, presidente constitucional de México, ocurrido en 1872 a los 66 años en el Palacio Nacional de la Ciudad de México debido a un ataque al corazón, conocido como «neurosis del gran simpático».
Juárez gobernó México de manera consecutiva durante 15 años a partir de 1857, destacándose por su defensa de la paz y la soberanía nacional. Su muerte repentina conmocionó al país, marcando el fin de una era de estabilidad política bajo su liderazgo.
Tras su fallecimiento, su cuerpo fue llevado en una procesión militar al Panteón de San Fernando, mientras que Sebastián Lerdo de Tejada, presidente de la Suprema Corte de Justicia, asumió la presidencia de México.
Benito Juárez es recordado como una figura fundamental en la historia de México, reconocido por su contribución a la consolidación de las instituciones republicanas y el fortalecimiento del Estado de derecho. A 150 años de su muerte, su legado sigue siendo honrado en el país, reflejado en diversas conmemoraciones como la emisión de una estampilla postal conmemorativa.
Su vida y obra son un testimonio de su dedicación a los principios de justicia y equidad, que continúan inspirando a generaciones de mexicanos.