En el marco del Día Internacional del Beso, y luego de dos años de una pandemia donde se limitó el contacto físico puede que las personas tengan una mayor conciencia de la importancia del acercamiento con los demás. La flexibilización de las medidas preventivas a nivel mundial da lugar a retomar los abrazos, las caricias y los besos.
La celebración de este 13 de abril recuerda el beso más largo del mundo, que duró más de 46 horas. El récord fue alcanzado en 2011 en un concurso en Tailandia y fue superado por las mismas personas dos años después al permanecer 58 horas sin separar los labios.
Durante la pandemia por COVID-19 las muestras físicas de afecto se vieron limitadas debido a las medidas preventivas impuestas por los países para evitar la propagación del virus. El uso de mascarillas, la implementación de aforos, las distancias físicas o incluso las cuarentenas fueron medidas necesarias para la protección de las poblaciones, pero que afectaron el bienestar emocional de las personas.
Esta no fue la única consecuencia, sino que se ha demostrado que la «falta de interacción social afecta el razonamiento y a la memoria», según sostuvo la psicóloga española Inés Monjas Casares en uno de sus recientes artículos.
Para la experta, la flexibilización de las medidas «puede ser buen momento para tomar conciencia de la trascendencia que el contacto físico tiene en nuestra salud mental, física y social».
El aislamiento social, los duelos, los fallecimientos, la falta de abrazos han provocado en las personas en los últimos años sentimientos de depresión, soledad así como ansiedad o estrés.
Además han generado la «necesidad de contacto físico interpersonal», el cual es importante desde el nacimiento en los seres humanos.
Casares no reduce las demostraciones de afecto a conductas sexuales, habla de las expresiones de afecto que se producen en las relaciones interpersonales cotidianas y reafirma que la tecnología no puede ser equiparable al contacto real.
«Sería estupendo si, tras la crisis vivida y habiendo tomado conciencia de la importancia que el contacto físico tiene en nuestro bienestar, ponemos especial cuidado en apreciar, saborear y agradecer estas manifestaciones», manifestó y agregó que espera que desde ahora las personas tengan contacto «siendo conscientes de lo beneficioso que es para la salud un abrazo sentido, un cálido apretón de manos, unos cariñosos besos o una leve caricia».