Por Bruno Cortés

La diputada María Angélica Granados Trespalacios, representante del estado de Chihuahua, levantó la voz en el Congreso para exigir que el Gobierno Federal actúe con urgencia y detenga el ingreso de ganado ilegal en el país. En un punto de acuerdo presentado ante la Comisión Permanente, Granados denunció que este fenómeno está afectando gravemente la economía de miles de familias mexicanas, especialmente en estados con una fuerte tradición ganadera como Chihuahua.

El problema no es menor. Se estima que cada año entre 800 mil y un millón de cabezas de ganado cruza la frontera sur de México sin cumplir con los controles sanitarios y legales establecidos por el gobierno. Esto pone en peligro la sanidad del hato ganadero nacional y genera competencia desleal, pues algunas empresas se aprovechan de esta práctica para reducir costos, afectando principalmente a los pequeños y medianos productores.

La ganadería es uno de los sectores más importantes para la economía mexicana. Representa más del 38% de la producción agropecuaria y, en 2022, generó más de 587 mil millones de pesos. Además, México es uno de los principales exportadores de carne de bovino, porcino y ganado vivo, especialmente a Estados Unidos, su principal socio comercial. Por lo tanto, el ingreso de ganado ilegal no solo afecta a los productores locales, sino que también pone en riesgo la competitividad de México en los mercados internacionales.

El fenómeno del contrabando de ganado no es nuevo. Desde hace más de tres décadas, se ha registrado este flujo ilegal, especialmente en puntos débiles de la frontera, como el municipio de Benemérito de las Américas, en Chiapas. A pesar de acuerdos firmados con Guatemala para regular la importación de ganado, la falta de vigilancia efectiva y la corrupción han permitido que esta práctica continúe. Se ha detectado incluso un mercado negro de aretes electrónicos, los cuales sirven para certificar el origen y trazabilidad del ganado, lo que evidencia la corrupción en el sistema de control.

Granados Trespalacios urgió al gobierno a reforzar los mecanismos de vigilancia en la frontera, con la colaboración de la Guardia Nacional, para prevenir la entrada ilegal de ganado. Además, destacó la importancia de proteger no solo la economía agropecuaria, sino también la salud pública, ya que el ganado ilegal puede ser portador de enfermedades que afectan tanto al ganado como a los humanos.

El llamado de la diputada refleja la preocupación de muchos ganaderos, no solo en Chihuahua, sino en todo el país. La ganadería es una actividad estratégica para la economía de varios estados y su estabilidad es crucial para garantizar el sustento de miles de familias mexicanas. Si no se toman medidas para frenar el ingreso ilegal de ganado, México podría enfrentar consecuencias aún más graves en términos económicos y sanitarios.

En conclusión, el llamado a la acción es claro. El gobierno federal debe actuar con firmeza para detener la importación ilegal de ganado y proteger el patrimonio ganadero del país. De no hacerlo, no solo se pondría en riesgo la competitividad del sector, sino también la salud pública y la estabilidad de las economías locales. La ganadería es un sector clave para México, y es hora de que se le dé la atención y protección que merece.