Por Juan Pablo Ojeda
En el mundo actual, estamos presenciando una revolución tecnológica que está cambiando rápidamente el panorama laboral. La inteligencia artificial (IA) está cada vez más integrada en las herramientas que usamos diariamente, y mientras algunos ven un futuro brillante con nuevas oportunidades, otros temen que la automatización acabe con miles de empleos. Este tema ha sido ampliamente discutido, y en marzo de 2023, un estudio reveló que ciertos empleos están en riesgo de desaparecer por completo. Profesionales como escritores, matemáticos, oficinistas, contadores, financieros, ingenieros, abogados y diseñadores web son algunos de los más vulnerables, según este análisis. Sin embargo, a medida que la IA avanza, hemos comenzado a entender mejor qué empleos serán reemplazados y cuáles lograrán sobrevivir en la próxima década.
El tema de la automatización genera mucho debate, especialmente en lo que respecta a profesiones que parecen ser más fácilmente reemplazables por máquinas. En este sentido, la traducción es una de las profesiones más comentadas. Hoy en día, herramientas de IA avanzadas como Google Translate o DeepL ya permiten traducir textos de manera rápida y precisa, lo que hace que algunos pronostiquen que la demanda de traductores humanos podría disminuir considerablemente. Con el paso del tiempo, el aprendizaje automático y la mejora constante de estas herramientas podrían llevar a una automatización aún más completa de la traducción de idiomas, con la posibilidad de que esta profesión desaparezca en su forma tradicional.
Sin embargo, más allá de la desaparición de ciertas profesiones, lo que está claro es que la llegada de herramientas como GitHub Copilot o Cursor ha modificado la forma en que los profesionales trabajan. Si bien al principio se pensaba que Copilot podría acabar con los programadores, lo cierto es que, en lugar de eliminar el empleo de los desarrolladores, lo que hizo fue acelerar su trabajo. Y luego llegó Cursor, una herramienta aún más poderosa, que permite a los programadores trabajar a una velocidad increíblemente alta. No obstante, para sacarle el máximo provecho a estas tecnologías, es necesario contar con una base sólida de conocimientos. Esto ha abierto el debate sobre si un novato que solo use herramientas como Cursor para generar código automáticamente podría realmente reemplazar a un desarrollador experimentado.
Además, varios estudios y encuestas han recopilado información sobre los trabajos que podrían verse amenazados por la inteligencia artificial. Entre los empleos más mencionados como vulnerables están aquellos relacionados con atención al cliente y call centers, traducción y redacción, contabilidad y finanzas, diseño gráfico y creativo, ingeniería de software y programación, educación y docencia, profesiones legales, así como tareas administrativas y oficinistas. Un patrón común emerge de esta lista: se trata de trabajos que implican tareas repetitivas o que requieren poca creatividad, los cuales están siendo cada vez más fácilmente automatizados por sistemas de IA.
Este fenómeno de la automatización no solo está afectando a sectores como el de la traducción o el call center, sino también a la ciberseguridad. Se están utilizando IA para revolucionar sectores tradicionales, como el de la ciberseguridad, en el que se están desarrollando herramientas para evaluar vulnerabilidades en sistemas informáticos de manera automatizada. De manera similar, en áreas como la optimización del tráfico urbano y la contabilidad, están surgiendo empresas emergentes que utilizan IA para reemplazar tareas repetitivas y mejorar la eficiencia operativa. Estas innovaciones están redefiniendo no solo lo que significa tener un empleo, sino también cómo las empresas de diferentes sectores se gestionan.
Pero, ¿qué pasa con las profesiones más tradicionales y el concepto mismo de trabajo? La llegada de la IA no necesariamente significa que todos estos empleos desaparecerán, sino que se transformarán. Por ejemplo, el trabajo de contabilidad no desapareció con la llegada del software contable, sino que este software hizo que el trabajo fuera más eficiente y rentable. Lo mismo sucederá con muchos otros sectores: las personas que no solo sean capaces de usar estas herramientas tecnológicas, sino que cuenten con una base sólida de conocimientos, seguirán siendo valoradas en el mercado laboral.
A medida que la automatización avanza, también lo hacen las posibilidades de crear «startups de una sola persona», empresas donde una sola persona, utilizando herramientas avanzadas de IA, puede competir con organizaciones mucho más grandes. Esta tendencia ya está comenzando a ser una realidad: un emprendedor podría lanzar una empresa que facture cientos de millones de dólares con solo un equipo pequeño, o incluso sin personal en absoluto, aprovechando al máximo las herramientas de IA disponibles.
Sin embargo, esta transformación no es solo cuestión de herramientas. Un punto clave en este cambio es que el aprendizaje no se trata solo de dominar una herramienta, sino de comprender los fundamentos de una disciplina. «Si no tienes las bases sólidas, las herramientas no te servirán de nada». Esto resalta un punto fundamental: aunque la IA puede hacer que ciertas tareas sean más rápidas y sencillas, los conocimientos fundamentales seguirán siendo cruciales.
En conclusión, el futuro del empleo no está determinado por la IA, sino por nuestra capacidad para adaptarnos y aprender nuevas habilidades. A medida que las máquinas asumen las tareas repetitivas, los humanos podemos enfocarnos en tareas más complejas, creativas y valiosas. El reto no es evitar que la tecnología avance, sino asegurarnos de que estamos preparados para navegar este nuevo mundo de trabajo.