La gastronomía mexicana es reconocida mundialmente por su riqueza y diversidad, y uno de sus ingredientes estrella es el chile guajillo, un elemento indispensable en la preparación de platillos que deleitan paladares tanto a nivel nacional como internacional. Este chile seco, de color rojizo y piel tersa, no solo aporta un sabor distintivo y un color vibrante a las recetas, sino que también es parte de la historia y cultura de México.
Orígenes y usos culinarios
El chile guajillo, conocido científicamente como Capsicum Annuum, tiene sus raíces en la historia mesoamericana, donde era utilizado tanto en la cocina como en la medicina tradicional
Originario de México, específicamente de regiones como Zacatecas, este chile es uno de los más variados en el país, y su cultivo se remonta a tiempos ancestrales, con evidencias que datan del año 5000 a.C. encontradas en el valle de Tehuacán
En la cocina, el guajillo es apreciado por su capacidad para dar consistencia y un color distintivo a guisos, salsas y el famoso mole. A menudo se combina con otros chiles, como el ancho, para crear salsas complejas y ricas en matices
Además, su nivel de picante, que oscila entre 10.000 y 15.000 SHU en la escala Scoville, lo hace ideal para aquellos que prefieren sabores menos intensos
Beneficios nutricionales y medicinales
Más allá de su uso culinario, el chile guajillo ofrece beneficios para la salud. Es una fuente de vitaminas A, B y E, y posee propiedades que pueden proteger contra la gastritis, aliviar dolores musculares y mejorar la circulación sanguínea
Presencia en la gastronomía actual
El chile guajillo sigue siendo un pilar en la gastronomía mexicana contemporánea, cultivándose principalmente en estados como Durango y Zacatecas, y manteniendo su lugar en una variedad de recetas tradicionales y modernas.