El bolillo no es solo un pan, es un ícono de la cultura chilanga y una pieza fundamental en la dieta diaria de los capitalinos. Este humilde pan de trigo ocupa un lugar especial en el corazón de la Ciudad de México, y aquí te revelamos por qué y cómo se hace un bolillo perfecto.
El arte de hacer un bolillo perfecto
El proceso de creación de un bolillo impecable comienza con la selección de ingredientes de calidad. Los panaderos expertos saben que la harina de trigo de alta calidad, la levadura fresca, la sal y el agua deben mezclarse en proporciones exactas para formar la base ideal. El amasado es otro paso crítico; debe ser lo suficientemente vigoroso para desarrollar el gluten, que es esencial para otorgarle al bolillo su textura característica.
El tiempo de fermentación también juega un papel crucial. Permitir que la masa repose y fermente el tiempo adecuado no solo ayuda a desarrollar los sabores y aromas, sino que también influye en la textura final del pan. Además, la forma en que se moldea el bolillo—usualmente ovalada o romboidal con un corte longitudinal en la parte superior—contribuye a su apariencia distintiva. Por último, un horno bien calibrado, precalentado a 220°C y con la humedad adecuada, asegura una corteza crujiente y un interior suave, mientras que el corte preciso antes de hornear permite que el pan se expanda correctamente.
El bolillo en la cultura de la CDMX
En la capital mexicana, el bolillo es más que un alimento; es un símbolo cultural y un pilar de la identidad chilanga. Este pan es increíblemente versátil en la cocina local, sirviendo de base para las clásicas tortas, molletes y guajolotas. Además, se le atribuyen poderes casi mágicos, como el de «bajar el susto» tras un sobresalto, según una antigua creencia popular.
A pesar de su sencillez, el bolillo es accesible para todos, con un precio que ronda los 2.50 pesos, haciendo de él un alimento democrático que todos pueden disfrutar. Más aún, se ha convertido en un meme nacional que humorísticamente comenta la obsesión de los chilangos por convertir todo en torta.
El bolillo perfecto en la CDMX
Aunque preparar bolillos en casa puede ser una experiencia gratificante, hay panaderías legendarias en la CDMX reconocidas por su excelencia en este arte. Barrios como el Centro Histórico, Coyoacán y la Roma son famosos por sus panaderías donde los maestros panaderos siguen honrando la tradición del bolillo perfecto.
En resumen, el bolillo es mucho más que pan. Representa una rica tradición cultural y culinaria en la Ciudad de México. Es un consuelo gastronómico, un símbolo de identidad y un elemento unificador en la vibrante cultura capitalina. Para los amantes del bolillo y de la cultura chilanga, no hay nada como disfrutar de uno recién hecho, crujiente por fuera y tierno por dentro.