Por Juan Pablo Ojeda
Este lunes, en una ceremonia cargada de simbolismo y con un ojo puesto en la historia, Donald Trump fue investido como el 47º Presidente de Estados Unidos, sucediendo al demócrata Joe Biden. Con su mano sobre una biblia que perteneció a su madre, Trump, a sus 78 años, juró «proteger la Constitución» bajo la cúpula del Capitolio, marcando el mediodía de Washington (17H00 GMT) como el inicio oficial de su segundo mandato.
🇺🇸 ES OFICIAL: Donald J. Trump es el presidente 47 de Estados Unidos.
Inicia la era dorada: pic.twitter.com/1M71Vp7zY1
— Emmanuel Rincón (@EmmaRincon) January 20, 2025
Este juramento, el primero dentro del edificio del Capitolio en décadas debido a condiciones climáticas adversas, no solo resalta la continuidad democrática sino también la polarización política que caracteriza a la era contemporánea. La presencia de líderes mundiales y figuras destacadas del ecosistema de Silicon Valley subraya la importancia global de esta transición de poder.
Con un estilo característico, Trump se prepara para firmar un centenar de órdenes ejecutivas, con el objetivo claro de revertir las políticas implementadas durante la administración de Biden. Esta acción inmediata refleja su intención de imprimir una marca distintiva en su regreso a la Casa Blanca, abarcando desde política exterior hasta reformas internas, prometiendo cambios radicales en la agenda nacional.
Este segundo mandato de Trump se presenta como un periodo de intensa vigilancia tanto por parte de sus críticos como de sus seguidores, con el mundo observando cómo Estados Unidos navegará por los desafíos internacionales y domésticos bajo su liderazgo. La política exterior, la economía, y las relaciones con las grandes tecnológicas serán áreas clave a observar en los próximos años.