CDMX a 1 de septiembre, 2023.- Guanajuato, un estado rico en cultura y tradiciones, sigue asombrando a quienes exploran sus rincones en busca de tesoros culinarios poco conocidos. Quedarás maravillado al descubrir un ingrediente y una práctica culinaria que rara vez se mencionan: el muicle y las tortillas ceremoniales de los ñañús, habitantes de los municipios de San Miguel de Allende y Comonfort.
El muicle, una planta especial, es el ingrediente mágico que adorna estas tortillas ceremoniales. Lo interesante es que solo se utilizan sus ramas y hojas, desechando las flores. Estas partes se asan ligeramente en un comal para secarlas, luego se hierven en agua con jugo de limón y bicarbonato. El resultado es una tintura con un color tan misterioso como hermoso, que varía según la experiencia de la cocinera. Algunos la ven negra, otros morada o azul oscuro, pero todos coinciden en que su oscuridad refleja la maestría y los dones de quien la prepara.
Sin embargo, esta tradición va más allá de ingredientes y colores. En el corazón de esta práctica se encuentra un sello de madera tallada que da vida a las imágenes en las tortillas. Originalmente, estas imágenes eran exclusivamente de santos, lo que les valió el nombre de «tortillas ceremoniales». Cada tortilla se dedicaba al santo de la ocasión y motivo de la fiesta. Aunque esta tradición perdura, ahora también se encuentran moldes con dibujos que hacen referencia a la flora y fauna local, como colibríes, flores o mazorcas de maíz.
Estos moldes de madera son tesoros apreciados por las cocineras otomí. Se transmiten de madre a hija y cuanto más antiguos, más valiosos son. Aunque la madera de mezquite es la más preciada para estos moldes, muchos se fabrican hoy en día con madera de pino. Los artesanos locales producen moldes para la venta, pero los antiguos, que pertenecen a las familias locales, son invaluables porque forman parte de la historia familiar.
Estas tortillas, únicas en su estilo, pintadas con muicle y estampadas con sellos de madera, son más que simples alimentos decorados. Son protagonistas en festividades de ciclos agrícolas, utilizadas como ofrendas a deidades prehispánicas y católicas para solicitar un buen tiempo y cosecha. A pesar de la superposición de costumbres y creencias, estas tortillas han perdurado entre los ñañús.
Su presencia en cualquier evento es motivo de celebración, respeto y agradecimiento. Sin embargo, son difíciles de encontrar fuera de su región de origen y, a veces, incluso dentro de ella, ya que se sirven solo en ocasiones especiales. Si tienes la suerte de probarlas durante una festividad comunitaria, considera que has sido testigo de una tradición gastronómica verdaderamente hermosa que sigue sorprendiendo a todos los que la descubren.
¿Qué opinas de esta fascinante tradición gastronómica de Guanajuato?