La Ruta del Mezcal es una experiencia única que invita a los visitantes a conectarse con la naturaleza, explorar la vida rural y conocer las costumbres ancestrales de Puebla. Este recorrido ofrece una mirada profunda a la tradición del mezcal poblano, permitiendo a los viajeros sumergirse en el proceso de producción y apreciar la belleza de los paisajes rurales.
Un paisaje pintoresco en el Boulevard Carlos Camacho Espíritu
En una mañana soleada, el Boulevard Carlos Camacho Espíritu se convierte en el escenario perfecto para iniciar la aventura. Juan captura los impresionantes paisajes rurales en video, mientras Lupita fotografía cada momento desde la camioneta. Beatriz Cabrera (Bety) y María del Rosario Vidal (Charo), creadoras de “Mexcalito de mi corazón” y guías del grupo, comparten la fascinante historia del mezcal poblano, enriqueciendo la experiencia con sus conocimientos y pasión.
Circuitos de la Ruta del Mezcal en Puebla
La Ruta del Mezcal en Puebla se divide en tres circuitos principales que abarcan diferentes regiones del estado:
- Primer circuito: Tehuacán, Zapotitlán Salinas y Caltepec.
- Segundo circuito: Atlixco y San Diego La Mesa.
- Tercer circuito: Tepeaca, Tecali de Herrera y Huehuetlán El Grande.
Uno de los destinos destacados es San Juan Tzicatlacoyan, ubicado a 20 minutos de Tecali y aproximadamente una hora desde la capital poblana. Aunque las rutas no están claramente definidas, los visitantes pueden explorar por su cuenta en coche o bicicleta, o bien unirse a experiencias guiadas ofrecidas por empresarias como las de “Mexcalito de mi corazón”.
Encuentro con el maestro mezcalero Abdías de la Luz Rodríguez
Al llegar, el grupo es recibido por el maestro mezcalero Abdías de la Luz Rodríguez, quien lleva 40 años produciendo mezcal. Abdías guía a los visitantes a través de sus campos de agave, conocidos como magueyes, donde cultiva cuatro de los 40 tipos de agave específicos para mezcal en México. Estos agaves, que tardan entre 5 y 10 años en madurar, son fundamentales para la producción artesanal de esta bebida tradicional.
Diversidad de agaves en Puebla
El agave papalometl es la estrella endémica de Puebla, adaptado a climas secos y semiáridos. Además, el agave espadín, responsable del 80% del mezcal comercializado en México, también tiene una variedad llamada espadilla. Durante el recorrido, los visitantes pueden observar diferentes tipos de agave, cada uno con características únicas en sus hojas. Es importante tomar precauciones al caminar entre los agaves, recomendando el uso de botas altas, pantalones gruesos y zapatos antiderrapantes para evitar accidentes.
El símbolo multifuncional del agave
El agave no solo es esencial para la producción de mezcal, sino que también es la base de otras bebidas como tequila, pulque, raicilla, bacanora y tuxca, lo que le ha valido el apodo de “planta de las maravillas” en México. La producción de mezcal ha crecido significativamente en los últimos años, con 8 millones de litros producidos en 2021 y un valor estimado de 8.8 millones de pesos, generando 128 mil empleos en todo el país.
Proceso artesanal y degustación
Bajo el sol, Abdías explica el proceso de elaboración del mezcal, que comienza con la selección y siembra de semillas, seguida de la cosecha. En la fábrica al aire libre, los visitantes observan la cocción de las piñas en una fogata gigantesca, la fermentación en recipientes de barro, cuero o madera, y el machacado de las piñas para extraer el líquido que luego se destila. Los maestros mezcaleros poblanos producen aproximadamente 1,500 litros al año, manteniendo viva la tradición artesanal.
Vive la experiencia con “Mexcalito de mi corazón”
“Mexcalito de mi corazón” ofrece una experiencia completa que incluye catas con dulces y chocolates, snacks de comida típica poblana y un souvenir. Bety y Charo, junto con otro maestro mezcalero de Caltepec, aseguran que cada visita sea enriquecedora y memorable. Para disfrutar de esta fascinante experiencia rural, es recomendable reservar con al menos tres días de anticipación.
Explorar la Ruta del Mezcal en Puebla es una oportunidad para apreciar la riqueza cultural y natural de la región, descubrir el arte de la producción de mezcal y conectar con las tradiciones que han perdurado por generaciones.