El yoga, una práctica milenaria originaria de la India, ha experimentado un auge en popularidad en las últimas décadas, convirtiéndose en una industria multimillonaria.
Aproximadamente 500 millones de personas en todo el mundo practican yoga, buscando sus beneficios para la salud física y mental.
Sin embargo, esta creciente popularidad también ha llevado a la comercialización y desacralización del yoga.
En la actualidad, el yoga se ha diversificado en numerosos estilos, desde los más tradicionales como el Hatha Yoga y el Sivanda Yoga, hasta los más contemporáneos como el Bikram Yoga y el Aeroyoga.
A pesar de sus raíces espirituales, la mayoría de las personas en occidente practican yoga como ejercicio o para reducir el estrés.
La industria del yoga ha experimentado un crecimiento significativo, con un aumento en la cantidad de estudios, instructores y productos relacionados. La comercialización del yoga ha llevado a la creación de marcas de ropa especializada, como la española Born Living Yoga, y a la proliferación de tutoriales y aplicaciones en línea.
Aunque el yoga es beneficioso para todos, las mujeres representan el 72% de los practicantes.
La brecha de género en la práctica del yoga puede atribuirse a factores culturales, sociales y de marketing.
Es importante alentar a personas de todos los géneros a practicar yoga y disfrutar de sus beneficios.
La popularidad y comercialización del yoga plantean preguntas sobre cómo mantener la esencia y los valores de esta práctica ancestral. Algunos expertos sugieren que es necesario estudiar y experimentar la filosofía del yoga para aplicar sus principios en la comercialización yóguica.