El anuncio de un cambio de política de EEUU hacia Cuba, anunciada la víspera por el departamento de Estado de esa nación, provocó reacciones en una y otra orilla, respecto al impacto que estas medidas tendrán en el futuro inmediato en la sociedad cubana.
Para el profesor Carlos Lazo, un cubanoamericano residente en la ciudad de Seattle, en el noroeste de EEUU, y coordinador del proyecto Puentes de Amor, que integran emigrados cubanos en ese país, el anuncio de la Administración del presidente Joe Biden hacia Cuba “es un motivo de alegría porque muchas de las cosas que estamos pidiendo por tanto tiempo, cosas de sentido común, de humanidad, hoy se ha anunciado que se van a materializar”.
De acuerdo a un comunicado divulgado el 16 de mayo en el sitio web de Departamento de Estado de EEUU, las medidas anunciadas incluyen el restablecimiento de los vuelos comerciales a todas las provincias de Cuba, la suspensión del límite de 1.000 dólares por trimestre para las remesas, el restablecimiento del programa de reunificación familiar, el aumento de los servicios consulares y el procesamiento de visas.
También se ofrecerán facilidades para que las familias visiten a sus parientes en Cuba, se darán facilidades para que los viajeros estadounidenses autorizados se relacionen con el pueblo cubano, y se alentará el crecimiento del sector privado en la isla apoyando un mayor acceso a los servicios de internet, las aplicaciones y las plataformas de comercio electrónico de EEUU.
Además, se autorizarán las remesas de donaciones a empresarios cubanos.
“Tenemos una alegría moderada (…) es un paso positivo. Este era uno de los grandes deseos que tenía la comunidad cubana (residente en EEUU) que para visitar a sus familias en Santiago de Cuba, en Camagüey o en otras ciudades de la isla tenían que volar a La Habana y de ahí trasladarse en automóvil o en autobús hasta sus provincias”, comentó Lazo en una directa divulgada en la red social de Facebook.
Para el líder de Puentes de Amor, esa medida era “criminal” para un cubanoamericano que viajaba a la isla con una semana de vacaciones y quería visitar a sus familiares que residen en las provincias, y debía perder dos días solo para ir y regresar a su lugar de destino, y -agregó- “por el capricho de quitar los vuelos que solo afectó a la familia cubana”.
Respecto a la liberación de las remesas desde EEUU a la isla, el profesor Lazo considera que esto tiene un impacto para las personas que tienen negocios en el sector privado, porque las remesas también son una forma de financiar y ayudar a los negocios que empiezan, de ayudar a una familia.
“Esto también me parece muy positivo, sobre todo por la crueldad del expresidente Donald Trump (2017-2021) de eliminar esta posibilidad de enviarles dinero a nuestras familias y amigos”, destacó.
“Yo sé que hay poderosas fuerzas en los EEUU, del status quo, que se van a oponer a esto, que tratarán de poner un traspié a todas estas medidas”, sentenció Lazo.
Durante la Administración Trump, contra Cuba se aplicaron 243 sanciones, dirigidas a ahogar económicamente a la sociedad cubana.
Sobre el tema de la reapertura de los servicios consulares de la embajada de EEUU en La Habana, el activista comunitario agregó que estas medidas van a contribuir a detener la emigración peligrosa, desordenada, que ocurre en este momento, motivada en buena medida –aseguró- “por la testarudez de no permitir el Programa de Reunificación Familiar, por tratar de ahogar al pueblo cubano en medio de una pandemia”.
Una mirada desde Cuba
Por su parte, el analista político, periodista y exdiplomático cubano Roberto García Hernández, cree que las medidas anunciadas por la administración Biden, a pesar de que van en el sentido correcto, “tienen un carácter limitado y no van a solucionar ninguno de los problemas centrales que afectan las relaciones entre los gobiernos y pueblos de EEUU y de Cuba”.
“Lo primero que me vino a la mente cuando leí las primeras informaciones sobre el tema fueron las acciones llevadas a cabo en los últimos meses en EEUU, incluso en la ciudad de Miami, Florida, para exigirle a Biden que cumpliera sus promesas de campaña de valorar un cambio en los nexos con Cuba, en esas acciones tuvo un papel fundamental el profesor cubanoamericano Carlos Lazo, a quien le envío mi testimonio de respeto”, comentó García Hernández.
El exfuncionario de la Sección de Intereses de Cuba en Washington en la década de 1990, piensa que las medidas en sí tienen un carácter positivo porque contribuyen a eliminar algunos de los obstáculos que se interponen en una relación normal Cuba-EEUU, pero no van al centro del problema que es el criminal bloqueo económico, comercial y financiero que desde hace más de seis décadas mantiene Washington contra el pueblo cubano.
Recordó que este bloqueo fue recrudecido durante la administración de Donald Trump e incluso durante la pandemia del COVID-19, cuando –dijo- “más el pueblo cubano necesitaba un alivio de tales medidas unilaterales y criminales”.
“Sin embargo –añadió García Hernández -, es arriesgado hacer valoraciones de mayor alcance porque está pendiente que las autoridades norteamericanas publiquen las regulaciones que determinarán su aplicación, es decir, desconocemos cuál es la «letra chiquita» de este «comercial» que la administración Biden quiere vender a la opinión pública”.
Enfatizó que a pesar de estas medidas anunciadas, sigue vigente la permanencia de Cuba en la lista de naciones que según EEUU patrocinan el terrorismo, lista que calificó de “espuria, unilateral e ilegal”; un instrumento –subrayó- “que utiliza Washington para castigar a naciones que no se suman a sus designios y que mantienen posiciones de principios en la arena internacional”.
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