Cuando se habla de alimentación saludable casi siempre se escucha la palabra ‘antioxidantes’, lo que pocos saben es que estos nutrientes hacen honor a su nombre por que es muy cierto que el organismo con una inadecuada alimentación y hábitos pocos saludables puede oxidarse desatando una serie de enfermedades graves.
Todos los seres vivos que usan oxígeno y generan energía a partir de él, producen un proceso químico que al mismo tiempo genera oxidantes como residuo. Esto genera la corrosión bioquímica en las células y sus moléculas vitales también resultan afectadas, pero existen varias moléculas que reducen este efecto y son conocidas como antioxidantes.
Los oxidantes producidos normalmente son moléculas necesarias, ya que el organismo cuenta con sistemas antioxidantes para destruir los oxidantes que se producen en cantidades razonables.
Así lo explica la especialista en antienvejecimiento y bioquímica Aysegul Coruhlu al portal turco Sozcu, a tiempo de recordar que los alimentos que se consumen desempeñan un papel importante en este proceso porque de ello dependerá el nivel de riesgo al que sometemos al organismo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, el cáncer y muchas otras.
Entre las causas de oxidación del organismo, se encuentran los hábitos como: fumar y beber alcohol porque agotan rápidamente el sistema antioxidante del organismo, acelera el envejecimiento y aumenta el riesgo de enfermedades. Otros alimentos como las papas fritas, la comida que contiene harina y azúcar, los alimentos procesados, y aquellos que contienen toxinas químicas también reducen la capacidad antioxidante.
Todo esto permite que las células se dañen inevitablemente y a medida que esta condición progresa, se desarrollan las enfermedades.
Si bien el organismo es capaz de producir antioxidantes, también los toma a través de ciertos alimentos, es allí donde radica la importancia vital de tener una dieta saludable y rica en antioxidantes para mantener un equilibrio con el sistema antioxidante frente a la oxidación.
Todas las verduras, frutas y grasas saludables son fuentes de antioxidantes. Cada color de alimentos contiene diferentes tipos de antioxidantes.
En los amarillos, naranjas y rojos están los antioxidantes de vitamina C, caroteno, licopeno; mientras que los alimentos morados contienen resveratrol. Aunque a los antioxidantes se les da diferentes nombres, la función de todos ellos es combatir la oxidación. A medida que los colores se oscurecen, aumenta el poder antioxidante de los vegetales.
Cuanto menos se cocinan las verduras, o si se las consume crudas, más antioxidantes se obtienen de ellas.
Así la nutrición y el estilo de vida pueden aumentar o reducir el proceso de oxidación provocado por el daño celular que expone al organismo a enfermedades como la arteriosclerosis que es un tipo de oxidación. Con la oxidación del LDL, al que se conoce como colesterol malo, se produce la aterosclerosis y las placas de colesterol. Hasta cierto nivel, los sistemas antioxidantes del cuerpo corrigen la situación.
El organismo puede hacer esto por un tiempo, es por eso que las enfermedades no aparecen de inmediato, pero cuando los sistemas antioxidantes del cuerpo ya no son suficientes, la enfermedad comienza a desarrollarse con más intensidad.
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14 de septiembre de 2024