Sonoyta, Sonora, 08 de diciembre de 2023.- En un escenario que combina desesperación y riesgo extremo, miles de migrantes provenientes de Centroamérica, África y Asia se encuentran atrapados en el desierto de Sonora, enfrentando temperaturas bajo cero, mientras aguardan la posibilidad de cruzar a Estados Unidos y solicitar asilo humanitario. La situación ha alcanzado un punto crítico tras el cierre de la garita aduanal en la frontera de Sonoyta, Sonora, con Lukeville, Arizona, lo que ha incrementado considerablemente el flujo de indocumentados en los últimos cuatro días.
El frente frío número 15 ha llegado a la región, empeorando las condiciones para los migrantes. Protección Civil estatal ha advertido sobre un descenso importante en las temperaturas y rachas de viento de hasta 80 kilómetros por hora. Desde el cierre de la garita de Lukeville el 4 de diciembre, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) ha procesado a más de 7 mil indocumentados. Las condiciones son especialmente duras para mujeres y niños, a menudo trasladados por traficantes de personas en las horas más frías.
En la frontera, la desigualdad es palpable: al norte, una presencia constante de uniformados de EE.UU.; al sur, una desolación marcada por casas de seguridad y migrantes escondidos. La escena en la frontera está marcada por fogatas, basura y credenciales descartadas por migrantes que intentan evitar ser identificados.
Los llamados «polleros» ofrecen viajes a tarifas que varían entre 500 y 5 mil dólares, con diferentes modalidades de cruce que incluyen saltar el muro, pasar por barrotes de hierro, viajar en camionetas por el desierto o entregarse a los agentes del CBP.
El alcalde de Sonoyta, Luis Enrique Valdez Reyes, describe la situación como «atípica». Según sus informes, la CBP no puede retener a los migrantes por más de 72 horas, llevando a que algunos sean devueltos y otros permanezcan en EE.UU. para continuar sus procesos legales. Indica que una disminución en el flujo migratorio podría llevar a la reapertura de la frontera, pero eso parece improbable.
La situación ha llevado a la CBP a considerar el cierre de las garitas de San Luis Río Colorado, dado que la mayoría de los oficiales en el sector Ajo están abrumados por el número de migrantes que cruzan diariamente. Esto ha motivado una solicitud de apoyo del sector Yuma de la CBP. Un cierre en San Luis Río Colorado podría tener importantes implicaciones económicas, especialmente en una región que depende en gran medida del turismo extranjero para su economía.
Este aumento dramático en la migración y las difíciles condiciones climáticas en Sonoyta no solo representan un desafío humanitario, sino que también ponen en relieve las complejas dinámicas de la migración y los esfuerzos de control fronterizo entre México y Estados Unidos.