Un reciente estudio del JAMA Ophthalmology indica que un análisis de retina podría ser buen indicio para diagnosticar un posible Alzheimer.
Investigadores de distintos países concluyeron que existe una correlación entre el adelgazamiento de la retina de los ojos y el desarrollo del Alzheimer, un tipo de demencia que afecta a millones de personas en todo el mundo.
De hecho, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 50 millones de personas padecen demencia. Entre el 60% y 70% de todos esos casos son de Alzheimer.
Por ello resulta tan revelador este estudio, titulado Asociaciones entre la capa de fibras nerviosas de la retina y la capa de células ganglionares en la mediana edad y la cognición desde la infancia hasta la edad adulta, y publicado el 10 de febrero de 2022.
«La capa de fibras nerviosas de la retina (RNFL) y la capa de células ganglionares (GCL) se han propuesto como biomarcadores potenciales para la enfermedad de Alzheimer», indica el estudio titulado Asociaciones entre la capa de fibras nerviosas de la retina y la capa de células ganglionares en la mediana edad y la cognición desde la infancia hasta la edad adulta.
Esto significa que los ojos experimentan ciertos cambios durante la edad mediana del paciente, los cuales permiten a los especialistas determinar si existe la probabilidad de tener Alzheimer en un futuro.
Según la OMS, esta enfermedad no presenta síntomas visibles hasta que ya se encuentra en una etapa avanzada, la cual consiste en la pérdida progresiva de la memoria, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio.
«El Alzheimer es una enfermedad que afecta las células del cerebro [neuronas], provocando que se degeneren y mueran. Quienes la padecen presentan un deterioro progresivo en la capacidad para procesar el pensamiento», señala el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Sin embargo, con este nuevo hallazgo publicado en el JAMA Ophthalmology, se abre la posibilidad de que el Alzheimer pueda ser detectado de forma temprana o preclínica, cuando aún es posible que el médico intervenga para evitar la enfermedad.
«Las fibras nerviosas de la retina más delgadas también se asocian con una mayor disminución en la velocidad de procesamiento desde la niñez hasta la edad adulta», concluye el estudio.