La esponja es, por excelencia, el utensilio de limpieza predilecto dentro de la cocina. Es que tiene la capacidad de dejar platos y cubiertos impecables, con tan solo un poco de jabón y agua. Su efectividad se ve contrarrestada con su vida útil: estos estropajos solo vivirán una semana, ya que al tiempo comenzarán a agrietarse. Cuando ya no la utilicemos, podremos utilizarla en el jardín y beneficiar a nuestras plantas.
Antes de tirar este elemento de limpieza a la basura, podremos darle un nuevo sentido en pos de beneficiar a las plantas. Esto nos permitirá aportar nuestro granito de arena para cuidar al medioambiente debido a que dichos estropajos para lavar platos tardan años en descomponerse. En consecuencia, reciclarlas será la mejor alternativa, y mejor ahora que sabes que serán cruciales para las especies que tenemos en el parque.
Para ser concretos, te diremos que una esponja reciclada puede lograr que la tierra de la maceta o el huerto se mantenga húmeda por mucho más tiempo, algo ideal para cuando nos vamos de vacaciones, por ejemplo. Además, servirá para absorber el agua de más vertida en las macetas, evitando encharcamientos. En consecuencia, te invitamos a darle un uso efectivo y mantener el sustrato en óptimas condiciones.
Para ello, tendremos que desinfectar el elemento de limpieza completamente. Para ello la dejaremos reposar en un recipiente con agua caliente y una porción pequeña de lejía o cloro. Cuando hayan transcurrido 3 horas, utilizaremos el estropajo para beneficiar al jardín y, en consecuencia, a nuestras flores y cultivos.
El siguiente paso será cortar la esponja en trocitos pequeños que serán mezclados con el sustrato. Especialistas aseguran que debemos colocar los pedacitos en una bolsa de plástico grande o un bote amplio, y mezclarlos con un poco de tierra para la base de la maceta. Después, cultivaremos las plantas en el huerto, jardín o maceta y rellenaremos con tierra normalmente.