En el ambiente laboral, las formas de violencia y discriminación hacia las mujeres pueden ser tan sutiles como una pregunta en una entrevista o tan explícitas como desigualdades salariales. Expertos y activistas están llamando la atención sobre la urgencia de detectar y combatir estos abusos que ocurren frecuentemente pero que a menudo quedan sin denunciar.
Izka Gonzalez, una reconocida coach de carrera, cuestiona la pertinencia de ciertas preguntas en las entrevistas de trabajo que claramente no evalúan las habilidades o competencias de las candidatas, como el estado civil o la intención de tener hijos. Estas preguntas, lejos de ser inocuas, pueden ser indicativas de una cultura laboral que perpetúa la discriminación.
Por otro lado, Aideé Zamorano, activista y directora de Mamá Godín, recalca que las violencias en el ambiente laboral son estructurales y a menudo se disfrazan de «microviolencias». Estas pueden incluir desde bromas hirientes hasta chantajes y exclusión de decisiones importantes, todo lo cual puede afectar no solo la carrera profesional de las mujeres sino también su bienestar mental y emocional.
En México, a pesar de la ratificación del convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo en 2022, que denuncia la violencia laboral, la implementación y la protección legal efectiva siguen siendo desafíos (Expansión). Las estadísticas son alarmantes: un estudio de 2024 del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) revela que las mujeres ganan un 16% menos que los hombres por el mismo trabajo, lo que resalta la violencia económica prevalente.