Todos hemos visto a esa persona que vuelve del gimnasio con una gran sonrisa. Científicos han descubierto que incluso una sola sesión de ejercicio puede alterar la neuroquímica del cerebro, generando sentimientos de esperanza, calma, conexión y, en general, un mejor humor. Sin embargo, no todos experimentan este subidón.
Daniel Lieberman, biólogo evolutivo de Harvard, explica que no hay nada malo si no encuentras gratificante el ejercicio. La predisposición genética o psicológica puede influir en la experiencia, pero con ciertos ajustes en tu entrenamiento, puedes encontrar placer en la actividad física.
Más allá de las endorfinas: el cóctel químico del ejercicio
Anteriormente, se creía que el subidón del ejercicio se debía exclusivamente a las endorfinas, que actúan como opiáceos naturales. Sin embargo, investigaciones recientes han identificado un cóctel más complejo de sustancias químicas que contribuyen a esta sensación de bienestar.
Julia Basso, profesora adjunta del Virginia Tech, destaca que los endocannabinoides son las sustancias más potentes, proporcionando una sensación de bienestar similar al THC. Además, la dopamina, un neurotransmisor relacionado con la recompensa, y la serotonina, que ayuda a sentirse concentrado y tranquilo, también juegan un papel importante. La oxitocina, conocida por fomentar la conexión social, es otra sustancia clave liberada durante el ejercicio.
Evolución y ejercicio: una relación ancestral
Según Lieberman, el cuerpo humano evolucionó para responder positivamente a la actividad física, ayudando a los primeros humanos a soportar largas horas de caza y recolección. Esta adaptación se traduce en una respuesta positiva al ejercicio en muchas personas hoy en día.
Mejora tu estado de ánimo con el ejercicio: consejos prácticos
- Aumenta tu ritmo cardíaco durante al menos 30 minutos: Los primeros 20-30 minutos de ejercicio pueden ser difíciles, pero es necesario mantener una actividad aeróbica moderada para que el sistema endocannabinoide entre en acción y mejore el estado de ánimo.
- Tómate al menos tres semanas: Como los músculos, el cerebro necesita tiempo para adaptarse y desarrollar un sistema de recompensa dopaminérgico. Se requieren unas tres semanas de ejercicio constante para que empiece a resultar gratificante.
- Haz del ejercicio un momento social: Ejercitarse con amigos o en grupo no solo aumenta la oxitocina por la actividad física, sino también por la interacción social, fortaleciendo la conexión y el bienestar.
- Mezcla las cosas: Alternar entre distintos tipos de ejercicio (aeróbicos, de resistencia y atención plena) libera diferentes combinaciones de sustancias químicas que mejoran el estado de ánimo. Busca actividades que disfrutes para mantener la motivación.