En una semana llena de titulares y conferencias mañaneras, Claudia Sheinbaum, la primera presidenta mujer de México, se plantó con firmeza para responder a las inquietudes del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, sobre el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC). Trudeau sugirió que nuestro país podría estar siendo una puerta trasera para productos chinos que terminan en Norteamérica, pero Sheinbaum no dejó lugar a dudas: “México es un socio confiable y seguirá siéndolo”.
¿Qué pasó y por qué importa?
El miércoles 22 de noviembre, Sheinbaum, con su tono habitual de firmeza amable, aprovechó su conferencia mañanera para desmentir la idea de que México actúe como un trampolín para productos chinos hacia Estados Unidos. Entre estadísticas y declaraciones, la presidenta dejó claro que su gobierno está comprometido con la defensa del TMEC y su importancia como motor económico para los tres países.
“Nos sorprenden estas declaraciones, pero reafirmamos nuestra posición: el TMEC es un tratado justo y beneficioso para Canadá, Estados Unidos y, por supuesto, México,” aseguró Sheinbaum. El mensaje, directo y seguro, refleja su intención de posicionar a México como un actor comercial serio, en especial con miras a la revisión del tratado en 2026.
¿Qué hay detrás de las palabras?
Desde Canadá, las palabras de Trudeau parecen más un movimiento político interno que una verdadera preocupación comercial. En su país, enfrenta presiones de opositores que cuestionan la relación comercial con México. Mientras tanto, Sheinbaum aprovechó para subrayar que los acuerdos trilaterales deben ser herramientas de cooperación, no de confrontación.
“Es necesario que documentemos los beneficios del tratado,” señaló Sheinbaum, dejando entrever que su administración no solo está lista para responder críticas, sino también para blindar al TMEC de narrativas negativas.
Claudia, la estratega en acción
En este embrollo internacional, lo que destaca no es solo la defensa del tratado, sino cómo Sheinbaum utiliza el momento para consolidar su imagen como una líder pragmática y analítica. La científica que pasó de gobernar la Ciudad de México al Palacio Nacional ahora usa datos duros para construir puentes entre países, mientras refuerza su visión de una economía sustentada en la cooperación regional.
Por ejemplo, Sheinbaum ha enfatizado que el TMEC no solo genera empleos y crecimiento económico, sino que también fomenta cadenas de valor que benefician a los tres países. Y lo dice en un contexto político delicado, con elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina en Estados Unidos y debates internos en Canadá.
Más allá del discurso, ¿qué viene?
En los próximos años, México tiene un gran reto: demostrar que es un socio indispensable en el bloque norteamericano. Sheinbaum parece tener clara esta meta y está preparando el terreno desde ahora. Si logra mantener la confianza de sus aliados y demostrar que el TMEC es una herramienta sólida para el desarrollo regional, podría marcar un precedente en cómo México se posiciona en el mundo.