Por Bruno Cortés
Cada 27 de marzo, el mundo rinde homenaje al queso, un alimento milenario que ha conquistado paladares y mesas en todos los rincones del planeta. En México, esta celebración adquiere una relevancia especial, ya que el queso es un pilar fundamental de nuestra gastronomía y cultura.
La diversidad de quesos en México es vasta y refleja la riqueza cultural de nuestras regiones. Variedades como el queso Cotija de Michoacán, el Oaxaca, también conocido como quesillo, y el queso de bola de Ocosingo en Chiapas, son solo algunos ejemplos de la maestría artesanal que caracteriza a nuestros productores. Cada uno de estos quesos aporta sabores y texturas únicas que enriquecen innumerables platillos tradicionales.
Más allá de su aporte culinario, el queso es reconocido por su alto valor nutricional. Es una fuente rica en proteínas de alto valor biológico, esenciales para la formación y reparación de tejidos. Además, proporciona una variedad de vitaminas como la A, D, B2 y B12, y minerales indispensables como el calcio, fósforo, magnesio y zinc, contribuyendo al fortalecimiento de huesos y dientes, así como al correcto funcionamiento del sistema nervioso y muscular.
La versatilidad del queso en la cocina mexicana es innegable. Desde las tradicionales quesadillas y enchiladas, hasta postres como el flan de queso, este ingrediente se adapta a preparaciones dulces y saladas, frías y calientes, demostrando su capacidad para realzar y complementar una amplia gama de sabores.
Es importante destacar que la calidad del queso está intrínsecamente ligada a las prácticas de producción. El uso de leche de alta calidad, procesos de elaboración cuidadosos y el respeto por las técnicas tradicionales aseguran productos que no solo deleitan el paladar, sino que también aportan beneficios a la salud. Por ello, es recomendable optar por quesos artesanales y locales, apoyando así a los productores mexicanos y preservando nuestras tradiciones.
En el contexto actual, donde la alimentación saludable cobra cada vez más importancia, el queso se posiciona como un aliado en la dieta diaria. Su capacidad para proporcionar saciedad, junto con su perfil nutricional, lo convierte en un alimento adecuado para diversas etapas de la vida, desde la infancia hasta la vejez. Sin embargo, como con cualquier alimento, su consumo debe ser equilibrado y formar parte de un régimen alimenticio variado.
La celebración del Día Mundial del Queso es también una oportunidad para educar sobre su correcta conservación y consumo. Almacenar el queso en condiciones adecuadas de temperatura y humedad, y consumirlo dentro de su periodo óptimo, garantiza no solo su sabor y textura, sino también la seguridad alimentaria.
Además, este día invita a explorar nuevas variedades y preparaciones, incentivando a los mexicanos a descubrir y valorar la amplia gama de quesos disponibles en el país. Participar en catas, visitar mercados locales y dialogar con productores son actividades que enriquecen nuestra apreciación por este alimento.
El Día Mundial del Queso es más que una simple efeméride; es una celebración de la historia, cultura y nutrición que este alimento representa en México. Al disfrutar de un buen queso, no solo deleitamos nuestros sentidos, sino que también rendimos tributo a las tradiciones y al esfuerzo de quienes, con dedicación, mantienen viva esta deliciosa herencia.