Por Juan Pablo Ojeda

A tan solo horas de que Donald Trump asuma su segundo mandato presidencial en Estados Unidos, miles de migrantes han comenzado su marcha hacia el norte, partiendo en la cuarta caravana del 2025 desde Tapachula, Chiapas. A pesar de las advertencias de deportaciones masivas, restricciones al asilo y una mayor vigilancia de las autoridades mexicanas, los migrantes continúan con su sueño de llegar a Estados Unidos, sin rendirse ante las amenazas del nuevo presidente estadounidense.

La nueva caravana, compuesta por migrantes de Venezuela, Guatemala, El Salvador, Honduras, Cuba y Haití, salió de Tapachula con la esperanza de mejorar sus condiciones de vida. Muchos de ellos, como Andrés Manuel Melgar Pérez, un niño mexicano cuya madre es hondureña, buscan una oportunidad para regularizar su situación en México, mientras otros han decidido seguir rumbo a Estados Unidos debido a la falta de opciones legales en el país.

“Mi hijo se llama Andrés Manuel Melgar Pérez, por el presidente anterior que estaba (Andrés Manuel López Obrador), quise ponerle así, me gustó ese nombre en el 2019”, comentó Glenda Lizeth Melgar, madre del niño, quien ha luchado sin éxito por obtener su tarjeta de estancia permanente en México.

El grupo avanzó con niños en brazos, mochilas con ropa, alimentos y otros objetos personales, mientras realizaban actos religiosos para pedir por un mejor futuro. Sin embargo, la incertidumbre sobre las políticas migratorias de Estados Unidos, especialmente con la llegada de Trump, mantiene en vilo a los migrantes. Muchos temen que sus esfuerzos por cruzar la frontera sean en vano.

Trump, quien durante su campaña electoral prometió endurecer las políticas migratorias, tiene previsto firmar órdenes ejecutivas que incluirán el despliegue de militares en la frontera y la reactivación del programa ‘Quédate en México’. Este programa obliga a los migrantes a permanecer en México mientras esperan que se resuelvan sus trámites de asilo en Estados Unidos, lo que representa un gran obstáculo para aquellos que buscan un futuro mejor al norte de la frontera.

El canciller mexicano, Juan Ramón de la Fuente, defendió la estrategia migratoria de México, destacando una caída del 78% en los arrestos diarios de migrantes en la frontera estadounidense desde diciembre de 2023. A pesar de esto, los migrantes en la caravana, como Edwin Jesús López, un venezolano que forma parte del grupo, se muestran preocupados por las nuevas restricciones de Trump.

“Él sabe la situación de nuestro país, sabe que estamos viviendo con un pésimo gobierno, que no ayuda a nosotros como venezolanos. Nos pide que pongamos la mano en el corazón, que nos dé la oportunidad de aportar y trabajar”, expresó López, visiblemente angustiado.

Otro migrante venezolano, Alfredo Parra, indicó que su primera meta es llegar a Ciudad de México, donde esperará noticias sobre la aplicación ‘CBP One’ de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, que permite a los migrantes solicitar una cita para ingresar a Estados Unidos desde territorio mexicano. Parra teme que la eliminación de esta aplicación suponga una pérdida significativa para aquellos que ya han invertido grandes cantidades de dinero y esfuerzo en su viaje.

“Sí hay miedo serio, fuerte, con la situación que hay en el país, y devolverse no es una opción viable. Prácticamente todas las personas que estamos aquí soñamos con llegar a Estados Unidos”, dijo Parra, dejando claro que a pesar de las amenazas, la esperanza de un futuro mejor sigue siendo el motor que impulsa a muchos migrantes a seguir adelante.

Con la llegada de Trump a la Casa Blanca, la situación migratoria de miles de personas en tránsito por México sigue siendo incierta. Mientras tanto, las autoridades mexicanas deberán seguir enfrentando la presión de gestionar los flujos migratorios y proteger los derechos de los migrantes que, como muchos de los que partieron desde Tapachula, continúan buscando una oportunidad en el norte.