Caos en San Ysidro por apagón Informático global en frontera EU-México
El cruce fronterizo más transitado entre Estados Unidos y México, en San Ysidro (California), ha experimentado hoy viernes un caos monumental debido a un apagón informático global que comenzó la noche del jueves, afectando severamente el sistema de inspección electrónica en la garita.
Desde tempranas horas de la mañana, cientos de personas se aglomeraron en la entrada peatonal de San Ysidro, intentando cruzar hacia California. Lo que normalmente es un proceso fluido con la Red de Inspección Electrónica para Viajeros de Inspección Rápida (Sentri), se convirtió en una espera desesperante de hasta más de tres horas para la mayoría de los usuarios.
Según testimonios recogidos en el lugar, los inspectores se vieron obligados a realizar revisiones visuales debido a la falta de acceso a los sistemas electrónicos. Altagracia Campos expresó su frustración diciendo: «Siempre nos revisan con sistemas electrónicos los iris de los ojos, huellas digitales, confirman la identidad por computadora, y que de repente ya no puedan hacer nada de eso es una locura».
En el caso de los vehículos, el tiempo de espera se ha prolongado dramáticamente. Conductores que normalmente cruzan en menos de una hora informaron que ahora deben esperar más de cuatro horas para completar el trámite.
El problema se originó por una actualización defectuosa en la plataforma de seguridad informática CrowdStrike, que afectó los sistemas de Microsoft y repercutió en operaciones a nivel global, incluyendo aeropuertos y fronteras. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) no ha proporcionado detalles específicos sobre la situación en la garita de Otay, ubicada cerca de San Ysidro y vital para el intercambio comercial terrestre entre México y California.
La lentitud y la incertidumbre han exacerbado las tensiones entre los viajeros. Alberto Cruz, al cruzar a San Ysidro, lamentó que la espera haya generado situaciones de desorden y frustración entre los usuarios: «La gente comienza a perder la paciencia y muchos intentan colarse en las filas, lo que provoca enfrentamientos».
Este incidente subraya la vulnerabilidad de las infraestructuras críticas frente a problemas técnicos, y plantea serias interrogantes sobre la preparación y contingencias ante situaciones similares en el futuro.