La temporada navideña en México no está completa sin uno de los más deliciosos tesoros culinarios: los buñuelos. Estas frituras crujientes, bañadas en azúcar o jarabe de piloncillo, son una tradición arraigada con más de dos mil años de historia y un sabor que nos hace viajar en el tiempo.
Origen en el Lejano Oriente: Se cree que los buñuelos tienen sus raíces en el lejano oriente, en países como Turquía, Marruecos y Egipto. Hace dos mil años, se disfrutaban pequeñas bolitas de masa frita cubiertas de miel, creando una delicia irresistible.
Transformación en Europa: Durante la Edad Media, durante las cruzadas, los buñuelos se llevaron a Europa y se convirtieron en los «buñuelos de viento», que se hacían con moldes de metal en formas como copos de nieve, flores o rosetones. Estos buñuelos eran un dulce típico de la Cuaresma.
Llegada a México: En el siglo XVI, durante el período colonial, los buñuelos llegaron a México desde España. Rápidamente se convirtieron en uno de los postres más tradicionales del país. En el siglo XVIII, aparecieron en los recetarios en sus dos variantes: los de viento y los artesanales, hechos a mano como tortillas.
Conventos, Cuna de los Buñuelos: Se considera que los conventos mexicanos fueron los primeros lugares en los que se cocinaron buñuelos en México. La célebre poetisa Sor Juana Inés de la Cruz incluso incluyó tres recetas de estas frituras en uno de sus recetarios. Curiosamente, ella los llamaba «puñuelos» o «pañuelos» debido a la forma en que se amasaban.
Elaboración Tradicional: Hoy en día, los buñuelos se preparan con una mezcla de harina de trigo, huevo, agua, sal, mantequilla y vainilla. La masa se reposa, se estira y se da forma antes de freírla. Luego, se espolvorea con azúcar o se baña con el tradicional jarabe de piloncillo. Aunque parezca sencillo, lograr la textura crujiente perfecta requiere cuidar la consistencia de la masa y la temperatura del aceite.
Variante en Todo el País: Los buñuelos se disfrutan en todo México en diferentes formas e ingredientes. Por ejemplo, en Baja California Sur se preparan con piloncillo y guayaba. En Chihuahua, se rellenan con queso menonita. En Jalisco, la cuajada de leche se usa como relleno, dándoles forma de rosca.
Sin importar la forma o los ingredientes, los buñuelos son una parte esencial de la celebración navideña en México. Cada mordisco es un viaje en el tiempo que nos conecta con una tradición culinaria que ha perdurado durante siglos y sigue endulzando nuestros corazones en esta temporada tan especial.