En un grisáceo lunes de enero, el aire parece más denso y los ánimos, más bajos. Hoy, el tercer lunes de enero, conocido como «Blue Monday», se ha asentado en la cultura popular como el día más triste del año. Pero, ¿qué hay detrás de esta denominación? La historia de Blue Monday comenzó en 2005, cuando Cliff Arnall, un psicólogo británico, propuso una fórmula para identificar este día.

Arnall, entonces vinculado a la Universidad de Cardiff, combinó factores como el clima frío, las deudas navideñas, el tiempo transcurrido desde las festividades, la motivación para cumplir propósitos de Año Nuevo y hasta la necesidad de acción, resultando en una ecuación que señalaba este día como el más deprimente del año.

Sin embargo, la ciencia ha puesto en tela de juicio esta teoría. Muchos expertos argumentan que la fórmula de Arnall carece de rigor científico y que el Blue Monday es más bien una campaña publicitaria exitosa que ha permeado en la sociedad. Inicialmente, este concepto fue utilizado por una agencia de viajes para promover reservaciones en la temporada baja, demostrando cómo una idea comercial puede resonar culturalmente. Aunque la comunidad científica no respalda la existencia de un «día más triste», el fenómeno cultural se ha consolidado, con medios de comunicación y marcas aprovechando esta fecha para promover soluciones contra la tristeza.

En México, el Blue Monday no pasa desapercibido. Las redes sociales se llenan de mensajes de ánimo, memes y consejos para superar este día. Desde la perspectiva local, la «cuesta de enero» añade una capa adicional de presión financiera post-celebraciones, haciendo que este lunes se sienta aún más pesado. Se recomienda a los mexicanos enfrentar el Blue Monday con una actitud positiva, haciendo ejercicio, socializando y planificando actividades placenteras.

A nivel mundial, el Blue Monday ha generado campañas como «#StopBlueMonday», que buscan reivindicar este día como una oportunidad para reflexionar sobre la salud mental y no dejarse llevar por una fórmula que no tiene respaldo científico. La idea es que cada uno tenga la capacidad de elegir cómo vivir este día, ya sea combatiendo la melancolía con acciones positivas o simplemente aceptando los sentimientos de tristeza como parte de la experiencia humana.

Para muchos, el Blue Monday es un recordatorio de la importancia de la salud emocional. Expertos sugieren que, aunque no exista un día específico más triste, enero puede ser un mes emocionalmente desafiante por el contraste entre las festividades y la rutina, el clima y las deudas. Se recomienda practicar gratitud, mantenerse activo y buscar apoyo social como estrategias para mejorar el bienestar en este periodo.

En resumen, el Blue Monday 2025, aunque carezca de validación científica, ha logrado captar la atención de millones, convirtiéndose en una oportunidad para hablar de salud mental, resiliencia y la importancia de no dejarse llevar por etiquetas que pueden afectar nuestro estado de ánimo. Este día nos invita a cuestionar y a decidir cómo queremos vivir nuestras emociones, incluso en los días supuestamente más sombríos del año.