Por Juan Pablo Ojeda
El clima de tensión en Oriente Medio se intensifica tras el reciente ataque iraní que dejó a Israel en alerta máxima. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha dejado claro que su país no apoyará ninguna represalia israelí que implique ataques a instalaciones nucleares en Irán. “La respuesta es no”, afirmó categóricamente ante los medios de comunicación, en un momento crítico para la diplomacia regional.
Este contundente mensaje llega después de que el martes, 180 misiles balísticos iraníes ingresaran al territorio israelí, marcando un nuevo capítulo en las hostilidades entre ambos países. Aunque la mayoría de los proyectiles fueron interceptados, algunos lograron impactar, resultando en la muerte de un palestino en Jericó, Cisjordania, a causa de la caída de restos de los misiles.
Biden, antes de abordar su helicóptero presidencial, destacó la necesidad de que el Grupo de los Siete (G7) trabaje en una “declaración conjunta” para condenar el ataque iraní. “Discutiremos con los israelíes lo que van a hacer”, dijo Biden, señalando la obligación de Israel de responder ante tal agresión, aunque enfatizando que el enfoque no debe incluir el ataque a instalaciones nucleares.
La Casa Blanca también emitió un comunicado en el que se reafirma el compromiso de Estados Unidos con la seguridad de Israel, indicando que Biden participó en una llamada con líderes del G7 para coordinar una respuesta conjunta que podría incluir nuevas sanciones contra Irán. “El presidente Biden y el G7 condenaron inequívocamente el ataque de Irán contra Israel”, reza el texto.
Por su parte, el teniente general Herzi Halevi, jefe del Estado Mayor del Ejército de Israel, declaró que su país está preparado para responder al ataque masivo iraní y que tiene la capacidad de alcanzar cualquier punto en Oriente Medio. “Aquellos de entre nuestros amigos que no lo hayan entendido aún, pronto lo entenderán”, advirtió, subrayando la determinación de Israel en el contexto de creciente tensión.
A medida que la situación se desarrolla, la comunidad internacional observa atentamente, conscientes de que cualquier escalada en la violencia podría tener repercusiones globales. La postura de Biden podría ser clave para manejar las reacciones de Israel y garantizar que las acciones tomadas no desestabilicen aún más la región.