Un reciente avance en terapia genética ofrece una luz de esperanza para los niños afectados por el síndrome de nevo melanocítico congénito (CMN), una condición rara que provoca la formación de lunares grandes y a menudo dolorosos, cubriendo hasta el 80% de su cuerpo. Este síndrome, resultante de mutaciones genéticas adquiridas en el útero, no solo es una carga física sino también mental para los pacientes y sus familias.
Investigadores del Francis Crick Institute y del Great Ormond Street Hospital for Children han logrado un hito significativo al silenciar el gen NRAS en ratones, lo que ha inducido la autodestrucción de las células de los lunares. Veronica Kinsler, líder de la investigación, expresó su entusiasmo por los resultados que también han sido replicados con éxito en piel de ratones. Aunque se necesitan más estudios antes de proceder a ensayos clínicos en humanos, el potencial de esta terapia para revertir los lunares y reducir el riesgo de melanoma es inmenso.
La investigación ha sido respaldada por Caring Matters Now, una organización dedicada a apoyar a personas con CMN. Jodi Whitehouse, directora ejecutiva y afectada por CMN, ha descrito este avance como inspirador y lleno de esperanza para muchos que viven con esta condición.