Chiapas a 20 de octubre, 2024.- Este domingo por la mañana, la comunidad de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, se despertó con una noticia desgarradora: el asesinato del sacerdote Marcelo Pérez Pérez, una figura clave en la lucha por la paz en el estado. El hecho ocurrió en el barrio Cuxtutali, cuando el padre se encontraba dentro de su vehículo tras haber oficiado una misa. Según los primeros reportes, sujetos a bordo de una motocicleta le dispararon a quemarropa, acabando con su vida en el acto.
Pérez Pérez no solo era conocido por su labor religiosa, sino también por su activismo en contra de la violencia que azota a Chiapas. Originario de Simojovel, el sacerdote había recibido múltiples amenazas debido a su constante denuncia del clima de inseguridad que impera en la región. Su trabajo como defensor de los derechos humanos y su liderazgo en las comunidades le valieron el respeto de muchos, pero también el odio de quienes se ven beneficiados por la violencia y la impunidad.
El gobernador electo de Chiapas, Eduardo Ramírez, expresó su consternación a través de sus redes sociales, exigiendo justicia: «Lamento mucho lo ocurrido al Presbítero Marcelo Pérez el día de hoy. Exhorto a las autoridades de justicia correspondientes al pronto esclarecimiento de este hecho que nos enluta como chiapanecos».
Marcelo Pérez había ganado notoriedad en los últimos años por encabezar manifestaciones y marchas que buscaban denunciar la violencia en Chiapas. Apenas el pasado 13 de septiembre, participó en la «Marcha por la Paz» en Tuxtla Gutiérrez, donde, con palabras fuertes y directas, envió un mensaje al presidente Andrés Manuel López Obrador, criticando la falta de acciones contundentes para resolver la situación en el estado.
«Es muy fácil hablar desde un Palacio, es muy fácil hablar desde atrás de un escritorio, pero la verdad no está ahí. La verdad está en los pobres, en los sencillos, en los humildes, en los que estamos en las comunidades», expresó Pérez Pérez, exigiendo que las autoridades volteen a ver el sufrimiento de las comunidades chiapanecas.
Chiapas ha enfrentado en los últimos años una escalada de violencia vinculada a conflictos territoriales, presencia de grupos del crimen organizado y tensiones políticas. Diversas organizaciones han denunciado que, pese a los esfuerzos de las autoridades, la situación se mantiene crítica en varias regiones del estado. Líderes sociales, activistas y defensores de derechos humanos han sido blanco de ataques, lo que agrava el miedo y la desesperanza en muchas comunidades.
El asesinato de Marcelo Pérez Pérez se suma a una lista de crímenes sin resolver que han marcado la historia reciente de Chiapas. La exigencia de justicia no solo proviene de la Iglesia, sino de toda la sociedad chiapaneca que clama por paz y seguridad.
La muerte de este sacerdote activista es un recordatorio doloroso de que las voces que buscan justicia y paz en México muchas veces enfrentan represalias fatales. La comunidad espera que las autoridades locales y federales actúen de manera rápida y efectiva para esclarecer el crimen y que este no se sume a la larga lista de impunidad que ha marcado al país.