Por Juan Pablo Ojeda
En una jornada cargada de tensión diplomática, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, arremetió contra el embajador de EE.UU. en México, Ken Salazar, por sus recientes declaraciones sobre la reforma al Poder Judicial en México. Durante la conferencia matutina en Palacio Nacional, López Obrador rechazó las críticas de Salazar, que advirtieron sobre un posible riesgo para la democracia mexicana y el impacto en el T-MEC.
López Obrador no tardó en expresar su descontento, afirmando que los embajadores no tienen el papel de opinar sobre los asuntos internos de un país. “No es posible que un embajador extranjero opine lo que está bien o mal en nuestro país, esa no es la función de un embajador”, declaró el mandatario, subrayando que las opiniones externas no deben influir en las decisiones nacionales.
El presidente mexicano también desestimó la solicitud de diálogo hecha por Salazar, indicando que aunque siempre está dispuesto a conversar, ciertos temas deben ser resueltos exclusivamente por los mexicanos. “Diálogo siempre debe de haber, el asunto es que los temas relacionados con México nos corresponden a nosotros”, dijo López Obrador. Según él, no es adecuado que gobiernos extranjeros interfieran en cuestiones que consideran de soberanía nacional, como la reforma judicial.
López Obrador destacó que el T-MEC, el tratado comercial entre México, EE.UU. y Canadá, tiene como objetivo principal mejorar las relaciones económicas y no debe ser usado para cuestionar la soberanía mexicana. “Si el tratado no es para que cedamos nuestra soberanía, el tratado es comercial, para tener una buena relación económica-comercial”, explicó, añadiendo que México no debe convertirse en un apéndice o colonia de otro país.
El presidente mexicano también recordó que ha habido embajadores estadounidenses en el pasado que han tenido una influencia más negativa en México. Mencionó específicamente a Henry Wilson, a quien acusó de organizar el golpe de estado contra Francisco I. Madero, una figura clave en la historia de la democracia mexicana.
La respuesta de López Obrador pone de relieve el delicado equilibrio entre mantener relaciones diplomáticas respetuosas y defender la soberanía nacional. Mientras el debate sobre la reforma judicial continúa, las declaraciones del presidente reflejan una postura firme contra lo que considera injerencias externas en la política mexicana.