En la conferencia matutina de este miércoles, el presidente Andrés Manuel López Obrador desestimó las alegaciones de un éxodo masivo de mexicanos hacia Guatemala, afirmando que la situación en Chiapas ha sido exagerada por sus opositores y algunas organizaciones no gubernamentales.
López Obrador rechazó las acusaciones que apuntan a una crisis humanitaria en la frontera sur del país, donde se ha reportado un incremento de la violencia entre grupos delincuenciales. El mandatario calificó estas afirmaciones como un “escándalo” creado por adversarios políticos y por entidades que él considera “pseudo independientes” o “pseudo defensores de derechos humanos”.
“Están diciendo que ‘hay un éxodo de mexicanos a Guatemala’, pero eso no es cierto. Hay una confrontación entre dos grupos, y se está atendiendo. Algunas comunidades se han desplazado a Guatemala, pero son apenas 200 o 300 familias que viven en la frontera y se pasan al lado guatemalteco. No es un éxodo como se quiere presentar”, enfatizó López Obrador.
La polémica surge a raíz de reportes de la canciller Alicia Bárcena, quien la semana pasada confirmó que cientos de mexicanos habían huido hacia Guatemala debido a la violencia relacionada con el narcotráfico. Bárcena reconoció que el éxodo comenzó el 23 de julio con un grupo de aproximadamente 400 personas que partieron del municipio de Amatenango, en Chiapas, y buscaron refugio en el municipio de Cuilco, en Guatemala. La canciller señaló que muchos de estos desplazados temen regresar a México por el temor a los grupos criminales y al reclutamiento de jóvenes.
Los tres cónsules mexicanos en Guatemala informaron que la mayoría de estos desplazados se dedican a la agricultura, particularmente a la siembra de maíz, y que cruzan frecuentemente a México para comercializar su producto en el municipio de Comalapa, Chiapas. La preocupación principal de las familias desplazadas, según la canciller, radica en el reclutamiento forzado de jóvenes por parte de las bandas criminales.
A pesar de las afirmaciones de Bárcena y las evidencias presentadas por los cónsules, López Obrador insistió en que el conflicto no justifica la etiqueta de “éxodo” y criticó la cobertura mediática y las narrativas de los defensores de derechos humanos. “Cuando trato estos temas aquí, lo que hago es darles propaganda gratuita a los que buscan amplificar la situación”, declaró el presidente.
El gobierno federal ha enfatizado que la situación está bajo control y que las autoridades están trabajando para resolver el conflicto en Chiapas sin generar pánico innecesario. Mientras tanto, la administración sigue enfrentando críticas por la gestión de la violencia en la región y el impacto en las comunidades locales.