Por Juan Pablo Ojeda
En una conferencia matutina desde Palacio Nacional, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, descalificó las críticas sobre una supuesta sobrerrepresentación de Morena y sus aliados en el próximo Congreso, que comenzará sus funciones en septiembre. López Obrador calificó estas acusaciones como “una falacia, una invención” impulsada por sus adversarios políticos.
El mandatario argumentó que el tema de la sobrerrepresentación ha sido adoptado por el bloque conservador como un “motivo de unidad” para atacar al gobierno. En este contexto, afirmó que los conservadores y sus voceros están promoviendo una narrativa engañosa con el objetivo de evitar reformas constitucionales, especialmente la reforma al Poder Judicial.
“Esto que han dado por llamar sobrerrepresentación es ahora el motivo de unidad del bloque conservador y sus voceros y achichincles”, dijo López Obrador. El presidente acusó a las organizaciones empresariales, como el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y el Consejo Mexicano de Negocios, de ser cómplices de una campaña para evitar la reforma al Poder Judicial, la cual, según él, está “secuestrado” al servicio de una “minoría rapaz” y una “mafia”.
López Obrador criticó duramente a estas agrupaciones empresariales, sugiriendo que han utilizado el Poder Judicial para proteger sus intereses y evitar pagar impuestos, y que ahora buscan mantener su influencia a través de una campaña que él considera absurda. “El Poder Judicial estaba al servicio de ellos, no del pueblo”, aseveró, refiriéndose a las cúpulas empresariales que, según él, han tenido representantes en el Poder Legislativo y que ahora buscan lo mismo en el Poder Judicial.
Además, el presidente instó a los empresarios a abandonar el anonimato y “dar la cara”, argumentando que son parte del problema de corrupción que ha afectado al país. “Les diría a los miembros más distinguidos, los más afortunados de estas organizaciones, que se expresen si quieren que se viole la Constitución”, retó López Obrador. “Que no se oculten detrás de membretes porque tienen nombre y apellido, que nos digan que no quieren vivir en un Estado de derecho”, agregó.
López Obrador finalizó su intervención cuestionando la verdadera intención detrás de las demandas de legalidad y justicia de sus críticos, acusándolos de demagogia y de querer mantener sus privilegios a expensas del pueblo. “Es el momento de las definiciones”, concluyó, señalando que las críticas a la reforma y la ley son en realidad un intento de preservar un sistema que favorece a una élite en lugar de servir al interés general.
Con esta declaración, el presidente mexicano refuerza su postura en torno a las reformas que impulsa y el enfrentamiento con los sectores empresariales y opositores que cuestionan su administración.