Por Juan Pablo Ojeda
En una jornada de intensas declaraciones, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), salió en defensa de la reforma al Poder Judicial que su administración ha propuesto. En el Palacio Nacional, ante una nutrida audiencia de prensa, López Obrador abordó las críticas y las preocupaciones que han surgido en torno a su plan para transformar el sistema judicial del país. La reforma, que ha generado desde paros de trabajadores hasta comentarios del embajador estadounidense en México, Ken Salazar, está en el centro de un debate candente.
López Obrador explicó que el objetivo principal de la reforma es erradicar la corrupción en el Poder Judicial. Según el presidente, esta iniciativa es una pieza clave de la Cuarta Transformación (4T), el movimiento que él mismo lidera. “Queremos limpiar el Poder Judicial de corrupción”, enfatizó AMLO, recordando que los jueces, magistrados y ministros deben servir al pueblo y cumplir con su función de impartir justicia. Para él, si la Suprema Corte no cumple con esto, entonces no tendría sentido su nombre.
El presidente no tardó en abordar la controversia que ha surgido tras la declaración del embajador Salazar, quien expresó preocupaciones sobre cómo la reforma podría afectar la relación comercial entre México y Estados Unidos. López Obrador hizo un llamado a la reflexión, cuestionando por qué habría oposición a una reforma que busca reforzar la democracia y la justicia en México. “¿Cuál es el agravio?”, preguntó, señalando que el país vive en una democracia en la que el pueblo debería tener la última palabra, incluso sobre la elección de jueces y magistrados.
La reforma propuesta pretende modificar el artículo 95 de la Constitución, estableciendo que jueces y magistrados sean elegidos por voto popular en lugar de ser designados por el presidente y el Senado. Esta medida, que busca una mayor participación ciudadana, también reduciría el periodo de mandato de 15 a 12 años y permitiría la reelección de los actuales funcionarios judiciales.
Además, la reforma contempla una elección extraordinaria en 2025 para renovar a los ministros, magistrados y jueces, en caso de que la propuesta sea aprobada. Este cambio está diseñado para aumentar la transparencia y la responsabilidad en el sistema judicial, alineando el proceso de selección con las expectativas de mayor participación ciudadana.
Si la reforma avanza, representaría un cambio significativo en la forma en que el sistema judicial opera en México. No solo modificaría la duración de los mandatos, sino también la manera en que estos funcionarios son elegidos, lo que podría tener un impacto profundo en la justicia y en la confianza pública en el sistema judicial.
En medio de estos cambios, AMLO y su administración continúan defendiendo la reforma como un paso necesario para fortalecer el Estado de Derecho y garantizar un sistema judicial más justo y representativo. La reforma, sin duda, será un tema crucial en los próximos meses, mientras México navega entre la modernización de su sistema judicial y las reacciones tanto internas como externas.