La gastronomía prehispánica, un rico legado de las culturas que florecieron en Mesoamérica, nos ha legado una práctica alimenticia tanto fascinante como nutritiva: la entomofagia. Sin embargo, esta tradición milenaria de consumir insectos, crucial para la dieta de los antiguos mesoamericanos, está cada vez más cerca del olvido y la extinción.
Según Jesús Ortíz, director de la cooperativa Huaje en Oaxaca, el consumo de insectos representaba una fuente vital de nutrientes en un ecosistema donde las opciones proteicas eran escasas. Esta práctica no solo tenía un valor nutricional incalculable sino también un profundo significado cultural, especialmente entre los mexicas.
Pese a su relevancia histórica y nutricional, la entomofagia ha perdido protagonismo en la dieta contemporánea. Ortíz y su cooperativa Huaje se dedican a revitalizar este interés, educando a las nuevas generaciones sobre la importancia de la entomofagia y promoviendo prácticas sostenibles de recolección y consumo.
Insectos emblemáticos en riesgo:
Ahuautles, conocidos como el «caviar mexicano», son la hueva de insectos de agua, una vez abundantes en los lagos de la región, hoy amenazados por la contaminación y el deterioro de su hábitat.
Escamoles, la delicada hueva de hormiga, enfrenta peligros similares. La extracción no regulada y la comercialización han mermado sus poblaciones en estados como Hidalgo, Estado de México y Tlaxcala.
Chinicuiles, o gusanos rojos de maguey, son víctimas de la sequía y el uso de plaguicidas, desgastando su entorno natural y poniendo en riesgo su existencia.
El Mixmole, un guiso tradicional que emplea insectos y anfibios como ingredientes, ve amenazado su futuro por la pesca excesiva y la extinción de especies clave como el axolote.
Causas de su desaparición:
Las razones detrás de esta crisis incluyen la deforestación, que elimina el hábitat natural de estos seres; el cambio climático, alterando sus ecosistemas; la contaminación, que afecta la calidad del agua necesaria para su supervivencia; y la sobreexplotación, resultado del consumo humano desmedido.
Estos factores no solo ponen en peligro a los insectos que forman parte de nuestra herencia culinaria, sino que también amenazan con borrar un capítulo vital de nuestra historia gastronómica. Es imperativo actuar para conservar estas especies y prácticas, no solo por su valor nutricional sino por lo que representan en nuestra cultura.