Por Ander Masó
En un día que ha dejado un vacío en el corazón de sus seguidores, la cantante mexicana Dulce, conocida por sus baladas románticas y su potente voz, ha fallecido a la edad de 69 años. La noticia fue confirmada por su hermana a través de una emotiva publicación en redes sociales, revelando que Dulce luchó hasta el final contra complicaciones derivadas de una pulmonía.
La carrera de Dulce, cuyo nombre real era Bertha Elisa Noeggerath Cárdenas, comenzó en la década de los 70 en Matamoros, Tamaulipas. Con una voz que parecía acariciar cada nota, rápidamente se convirtió en una figura emblemática del pop y la balada en México. Su primer gran éxito, «Señor amor», la catapultó a la fama internacional, ganando premios en festivales como el de Mallorca y el Yamaha en Tokio.
A lo largo de los años, Dulce no solo marcó la industria musical con éxitos como «Tu muñeca» y «Lobo», sino que también se destacó en la actuación, participando en varias telenovelas de Televisa. Su habilidad para conectar con el público a través de su música y su presencia en pantalla hizo que su nombre se convirtiera en sinónimo de ternura y pasión en la cultura mexicana.
Sin embargo, la vida de Dulce no estuvo exenta de desafíos personales. En los últimos meses, enfrentó serios problemas de salud que comenzaron con la detección de un tumor en uno de sus riñones, lo que la llevó a someterse a una cirugía en abril de este año. A pesar de que la operación fue exitosa, la cantante perdió uno de sus riñones. Más tarde, en diciembre, una complicación pulmonar la llevó de nuevo al hospital, donde fue intervenida por una decorticación pleuropulmonar para tratar una neumonía que se había complicado.
La noticia de su fallecimiento se esparció rápidamente por las redes sociales, donde amigos, colegas y fans lamentaron la pérdida de una verdadera leyenda. Entre los mensajes, destacan los de cariño y respeto por una artista que nunca olvidó sus raíces y siempre mantuvo una relación cercana con su público.
Dulce no solo fue una cantante; fue una madre, una hermana y una amiga. Su vida privada estaba marcada por la dedicación a su familia, especialmente después de la muerte de su madre, a quien siempre honró con su trabajo y su forma de vivir. En entrevistas, Dulce expresaba su gratitud por la vida que pudo darle a su madre, llevándola a conocer el mundo que ella misma había explorado a través de su arte.
El legado de Dulce se mantendrá vivo a través de sus canciones, que seguirán resonando en las radios y en los corazones de quienes la escucharon cantar. Su partida no solo deja un vacío en la música mexicana sino que nos recuerda la fragilidad de la vida y la importancia de los momentos compartidos, de la música que nos une y del amor que se transmite en cada nota.