Donald Trump, presidente electo de EE.UU., ha sacudido el escenario político al nominar al congresista de Florida, Matt Gaetz, como su próximo Fiscal General. La decisión ha generado una ola de sorpresa y preocupación tanto en el Departamento de Justicia como en el Congreso, donde la reputación ultraconservadora y los antecedentes de Gaetz lo han convertido en una figura polarizadora.
La nominación de Gaetz, conocido por su cercanía con el ala más extrema del Partido Republicano, ha despertado inquietud entre legisladores de ambos partidos, especialmente debido a las serias acusaciones que enfrenta. El congresista ha sido objeto de controversia por su presunta vinculación en un caso de tráfico sexual de menores, aunque la investigación terminó sin cargos en su contra.
A pesar de las dudas, Trump ha elogiado públicamente a Gaetz, asegurando que su perfil «tenaz y talentoso» ayudará a «restaurar la integridad» del Departamento de Justicia. Trump ha dejado claro que espera que Gaetz desmantele lo que considera un uso político del sistema judicial bajo la administración de Joe Biden.
El camino hacia la confirmación no será fácil para Gaetz. A pesar de contar con una mayoría de 53 senadores republicanos, el respaldo a su nominación no está asegurado. Varios legisladores republicanos, incluyendo al senador John Cornyn, han manifestado sus dudas. Otros, como el representante Max Miller, han descrito las probabilidades de su confirmación como tan improbables como «cenar con la reina Isabel II.»
Reacciones en el Departamento de Justicia y el impacto en la agenda de Trump
Fuentes dentro del Departamento de Justicia han compartido su sorpresa ante el nombramiento, calificándolo de “impactante” debido a las controversias que rodean a Gaetz. Con el nombramiento, Trump busca una figura leal para poner fin a las investigaciones que lo involucran y proteger su agenda política. Esto incluye la posibilidad de abrir procesos contra sus opositores, según declaraciones recientes.