La obesidad se ha convertido en una de las enfermedades más extendidas en el mundo, afectando a más de mil millones de personas, es decir, uno de cada ocho habitantes. Esta condición, impulsada por el consumo de alimentos ultraprocesados y el sedentarismo, tiene graves consecuencias en la salud global, y afecta tanto a niños como adultos en todos los niveles sociales. Los especialistas advierten que para combatirla se necesita un abordaje integral que considere tanto factores personales como políticas públicas.
Las causas de la obesidad y su impacto en la salud infantil
El aumento de la obesidad en las últimas décadas ha sido vertiginoso. Estudios recientes revelan que, desde 1975, las tasas de obesidad se han triplicado en adultos y se han quintuplicado en niños y adolescentes. En países como Argentina, 6 de cada 10 adultos y el 41% de los jóvenes presentan exceso de peso, una condición que se ha convertido en la forma predominante de malnutrición en diversas regiones. La obesidad en niños no solo afecta su desarrollo físico, sino también su salud mental y su capacidad de aprender.
Según el doctor Máximo Schiavone, un enfoque básico para combatir la obesidad comienza por acciones como incorporar actividad física, controlar la ingesta calórica y asegurar un sueño adecuado. “No existen fórmulas mágicas”, recalca Schiavone, quien enfatiza la necesidad de un enfoque realista que permita cambios sostenidos en los hábitos de vida.
El rol de la educación y las políticas públicas en la prevención
Además del enfoque personal, los expertos destacan la importancia de la educación en hábitos saludables desde la infancia. Schiavone insiste en que se deben promover programas escolares que enseñen alimentación balanceada y actividad física. En países donde se han implementado políticas como impuestos a la “comida chatarra” y promoción de frutas y verduras, los resultados han sido positivos. Sin embargo, en regiones de América Latina, estos programas aún son escasos o insuficientes, y muchas veces, los alimentos saludables resultan más costosos que las opciones ultraprocesadas.
Los especialistas como el doctor Luciano Poggi y el doctor Rodrigo Muñoz subrayan que la obesidad es una enfermedad compleja que requiere un equipo de atención integrado por médicos, nutricionistas y psicólogos. Este abordaje permite un tratamiento efectivo y sostenible, algo que el 95% de los pacientes con obesidad mórbida no lograrían sin un apoyo especializado. Además, es crucial erradicar los estigmas sociales que rodean la obesidad y reconocerla como una enfermedad sistémica que involucra factores genéticos, ambientales y de estilo de vida.
Con proyecciones alarmantes para 2035, cuando se estima que el 43% de los adultos en países como Argentina podrían vivir con obesidad, la necesidad de un compromiso multisectorial se vuelve urgente. El combate contra esta enfermedad va más allá del ámbito médico y demanda una acción conjunta de la sociedad y los gobiernos, con políticas de salud pública, programas educativos y campañas de concientización.