CDMX a 21 de octubre, 2022.- En México el alto nivel de inseguridad y violencia que padecen varios de los estados de la República obedece a factores que son parte de una dinámica que supera el ámbito local.
En el caso de Zacatecas, se trata de un estado de enorme relevancia económica y geopolítica.
La entidad es clave para el tránsito de drogas hacia EE.UU. y una importante reserva de recursos naturales. Estas dos características la han convertido en un «territorio en disputa».
Un espacio que además es vigilado de cerca por el vecino del norte. Los objetivos del Gobierno de Joe Biden son proteger las inversiones de las grandes mineras, así como incrementar la influencia de EE.UU. en la toma de decisiones a través de su Embajada y agencias federales.
Disputa por las rutas de la droga
Zacatecas, estado localizado en la zona centronorte de México, goza de abundantes recursos naturales.
Es el segundo estado de mayor producción minero-matalúrgica en escala nacional solo después de Sonora; 16 de sus 58 municipios se dedican a esta actividad.
La entidad ostenta el primer lugar nacional en la producción de plata, plomo y zinc. Y el segundo lugar nacional en la producción de oro y cobre.
También posee varios yacimientos de litio, el denominado ‘oro blanco’ para la transición energética en el siglo XXI, con proyectos en etapa de exploración en los municipios de Pánfilo Natera, Villa González Ortega y Villa de Cos.
Su posición geográfica es privilegiada. Tiene frontera con ocho estados: al norte con Coahuila; al noreste con Nuevo León; al este con San Luis Potosí; al sureste con Guanajuato; al sur con Aguascalientes y Jalisco; al suroeste con Nayarit; y al oeste con Durango.
«Hay que destacar que Zacatecas es un paso de la droga que se transporta hacia EE.UU.; es el tránsito a través del cual los cárteles mexicanos mueven sus mercancías, desde las costas del Pacífico hasta las costas del Atlántico»
Sus riquezas en recursos naturales, así como su ubicación geográfica, dotan a Zacatecas de una gran relevancia económica y geopolítica. Es una ‘joya geoestratégica’.
Estas características han convertido a su territorio en objeto de codicia no solo de las mineras nacionales y extranjeras que poseen 2.700 concesiones (una superficie que abarca un 31,71% de la entidad), sino también de los carteles de la droga.
En la actualidad son cinco los grupos criminales que luchan por tener el control de las rutas hacia la Unión Americana: el Cártel del Golfo, el Cártel del Noreste, el Cártel de Sinaloa, el Cártel de los Talibanes y el Cártel de Jalisco.
José Narro Céspedes, senador de Zacatecas por el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), asegura en entrevista con RT que el estado se ha convertido en un «territorio en disputa».
«Hay que destacar que nuestra entidad es un paso de la droga que se transporta hacia EE.UU.; es el tránsito a través del cual los cárteles mexicanos mueven sus mercancías, desde las costas del Pacífico hasta las costas del Atlántico».
Los principales pasos comerciales hacia el vecino del Norte atraviesan Zacatecas. Son los casos de la ruta que va hacia Ciudad Juárez; la ruta Piedras Negras-Acuña; las rutas de Miguel Alemán, Reynosa, Matamoros y Río Bravo, la zona fronteriza.
«Las disputas entre grupos criminales se desarrollan sobre todo en la región norte del estado, donde se localiza parte de la sierra de Durango, que baja a Zacatecas y llega hasta el estado de Jalisco», explica el también integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores América del Norte de la Cámara Alta.
En febrero de este año, Ismael Camberos, Hernández, titular de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, informó que por lo menos nueve de cada 10 muertes en el estado estaban relacionadas con conflictos entre grupos del crimen organizado.
De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en Zacatecas los homicidios dolosos pasaron de 286 en 2015 a 1.621 en 2021, un crecimiento de más de un 450 % en menos de un lustro.
Persiste una situación de gran vulnerabilidad. El gobernador, David Monreal, a todas luces rebasado para combatir a los grupos del crimen organizado, además de pedir a la población «encomendarse a Dios» ante la crisis de inseguridad y violencia, buscó el apoyo de EE.UU.
Agenda impuesta desde el exterior
Sin la capacidad para poner un alto a los enfrentamientos entre cárteles de la droga, el mandatario estatal se reunió en dos ocasiones en menos de un mes con el embajador de EE.UU. en México, Ken Salazar.
En su segunda visita, Salazar viajó a Zacatecas con una comitiva de ‘peso pesado’. Además de personal del Departamento de Estado, estuvo acompañado por representantes de cuatro de las principales agencias federales:
La Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), la Agencia de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) y la Oficina Internacional de Antinarcóticos y Procuración de Justicia (INL, por sus siglas en inglés).
El objetivo de David Monreal no era otro que recuperar la confianza de altos funcionarios estadounidenses quienes, desde tiempo atrás, no tenían un balance positivo sobre el panorama local.
A mediados de agosto de este año, el Gobierno de Joe Biden clasificó a seis estados de la República como altamente peligrosos: Colima, Guerrero, Michoacán, Sinaloa, Tamaulipas y Zacatecas. «El Departamento de Estado pide a los ciudadanos estadounidenses que eviten viajar», se lee en el comunicado difundido por la Embajada norteamericana.
Las reacciones no se hicieron esperar. Esta clasificación no ha sido del agrado del presidente López Obrador, quien lo considera un acto de injerencia.
A diferencia de EE.UU., su Administración, asegura, no se dedica a lanzar «alertas de viaje» con todo y que varios estados de la Unión Americana registran hechos violentos, por ejemplo, tiroteos masivos.
En Zacatecas, sin embargo, esta «alerta de viaje» sirvió como telón de fondo para escalar el nivel de cooperación.
«Desde EE.UU. buscan poner a los Gobiernos de los estados en la lógica de lo que ellos necesitan (…) en lugar de estar poniendo ‘alertas’, deberían rendir cuentas sobre el alto consumo de drogas y el tráfico de armas»
El embajador de EE.UU. en México y el gobernador acordaron la instalación de mesas de trabajo sobre una amplia diversidad de temas. El objetivo, «contribuir a mejorar los niveles de inseguridad».
Durante su primera visita, a finales de septiembre de este año, el gobernador morenista comentó a Salazar que, para cambiar la percepción entre sus connacionales, «mucho ayudaría que se hable bien» de Zacatecas, «tierra de gente noble y grandes bondades».
El legislador de la Cámara Alta, José Narro Céspedes, considera que las «alertas de viaje» emitidas desde la Casa Blanca, por un lado, lastiman la política de «buen trato» entre México y EE.UU. y, por otro lado, constituyen un mecanismo de presión para imponer una agenda desde el exterior.
«Desde EE.UU. buscan poner a los Gobiernos de los estados en la lógica de lo que ellos necesitan, pretenden imponer lo que ellos consideran que hay que hacer (…) en lugar de estar poniendo ‘alertas’, deberían rendir cuentas sobre el alto consumo de drogas y el tráfico de armas», concluye.