La India ha propuesto incluir el yoga como un deporte en los Juegos Asiáticos, lo que ha reavivado el debate sobre si esta práctica milenaria debería ser competitiva. La presidenta de la Asociación Olímpica India (IOA), PT Usha, anunció recientemente que el país buscará integrar el yoga en estos juegos regionales que se celebran cada cuatro años. Además, hay pistas sobre la posible inclusión del yoga en la candidatura de la India para los Juegos Olímpicos de 2036.
“Es justo que, en consonancia con su gran popularidad, el yoga se convierta en un deporte de competición y esté en los Juegos Asiáticos”, comentó el ministro de Deportes, Mansukh Mandaviya, en junio.
Un deporte con sistema de puntuación
El ministro de Deportes de la India mencionó que el yoga está listo para ser un «deporte competitivo con su propio sistema de puntuación». La definición más temprana del yoga se remonta al siglo III a. C., aunque el gobierno indio sitúa sus orígenes en el 2700 a. C., durante la cultura védica. A pesar de las controversias sobre su antigüedad, el yoga ha ganado popularidad en las últimas décadas y desde 2020 es una disciplina deportiva oficial en varias competiciones estatales en la India, conocida como yogasana.
La competencia en el yoga
Yogasana Bharat, el organismo encargado del desarrollo del yoga deportivo, establece que los atletas tienen hasta tres minutos para realizar una serie de posturas durante al menos cinco minutos. Las transiciones entre posturas deben ser lentas y artísticas, acompañadas de música, y pueden ser realizadas por atletas individuales o en grupos de hasta cinco personas. Esta modalidad ha sido comparada con la gimnasia artística, generando polémica entre yogis y entusiastas del yoga.
Opiniones divididas
Tara Das, autora y practicante de ashtanga, opina que el deporte es contrario al espíritu del yoga, ya que se centra únicamente en las posturas (asanas) y añade un elemento de competitividad. “Mi gurú dice que hasta un mono puede pararse sobre su cabeza, ¿significa eso que sea un yogi?”, expresó Das.
Por otro lado, la profesora de yoga Arathi Menon reconoció que las competiciones de yoga “no son nada nuevo”, aunque tiene “problemas con la nomenclatura” de la disciplina como deporte. Menon explicó que el yoga como deporte podría disminuir el alcance de la disciplina, pero no mostró preocupación de que la práctica milenaria se vaya a perder.
La propuesta de incluir el yoga en los Juegos Asiáticos y posiblemente en los Juegos Olímpicos de 2036 sigue generando debate sobre cómo una práctica con profundas raíces espirituales y culturales puede adaptarse al ámbito competitivo.