Por Bruno Cortés
La precandidata presidencial de la coalición Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez, ha presentado a su equipo de 22 colaboradores que la acompañarán a lo largo de su precampaña.
Entre los personajes que integran este equipo, se encuentran figuras políticas reconocidas como Kenia López Rabadán, Josefina Vázquez Mota y Armando Tejeda.
Sin embargo, llama la atención la ausencia de representantes de la sociedad civil en su equipo. Gálvez ha afirmado que su proyecto es un espacio abierto para todos los mexicanos, pero su equipo de precampaña parece estar compuesto en su mayoría por políticos y personas que han ocupado cargos públicos, en general cartuchos quemados en otros sexenios.
Los 22 líderes se han desempeñado como diputados, senadores, consejeros ciudadanos del Instituto Federal Electoral (IFE), ahora Instituto Nacional Electoral (INE), y secretarios de educación, economía y turismo en diferentes administraciones federales.
Si bien estos colaboradores tienen una amplia experiencia en áreas políticas, de defensa a los derechos humanos y a favor de la democracia, han sido señalados en sus puestos anteriores como corruptos, antidemocráticos y bandoleros, la inclusión de voces de la sociedad civil podría haber aportado una perspectiva más diversa y enriquecedora a su equipo.
La sociedad civil juega un papel crucial en la democracia, ya que puede proporcionar un contrapeso al poder del gobierno y promover la transparencia y la rendición de cuentas, pero al parecer esto no es lo que busca la Alianza Por México, es un solo quitate tu para ponerme yo.
Es importante recordar que la política no debe ser solo un juego de poder entre los políticos, sino un esfuerzo colectivo para mejorar la sociedad. La inclusión de la sociedad civil en los equipos de campaña puede ayudar a garantizar que las voces de todos los mexicanos sean escuchadas y consideradas.