Por Juan Pablo Ojeda

Luego de una noche de escándalo, cámaras, esposas y titulares, William Levy finalmente habló. El actor cubano, conocido por su participación en telenovelas como “Café con Aroma de Mujer” y “Sortilegio”, ofreció sus primeras declaraciones tras haber sido detenido en Florida y pasar unas horas bajo custodia policial.

A su salida de la corte del condado de Broward, donde quedó en libertad tras pagar una fianza de 500 dólares, Levy enfrentó a los medios con una actitud relajada, incluso sarcástica. Negó rotundamente haber salido de un restaurante sin pagar la cuenta, como se ha especulado desde que el video de su arresto —esposado y con uniforme de detenido— se volvió viral.

“No, no, cómo creen. Yo todo el tiempo intenté aguantar. Al final, yo fui quien terminó por salir”, comentó el actor, restando gravedad al incidente. Sobre los supuestos golpes que habría dado al gerente del restaurante, dijo de forma tajante: “No, no, bueno, hay cámaras”.

También se burló del cargo de allanamiento por el que fue arrestado, al responder con ironía: “Bueno, había que llevarme por alguna razón”.

¿Qué pasó con William Levy?

La noche del 14 de abril, Levy fue detenido tras ser acusado de intoxicación desordenada en un espacio público y allanamiento de propiedad ocupada. Según reportes de medios estadounidenses, el incidente ocurrió en el restaurante Baires Grill, en Florida, donde el actor habría discutido con el personal tras considerar excesiva la cuenta que le presentaron durante una cena con amigos.

Al parecer, tras retirarse del lugar sin pagar, olvidó su teléfono en la mesa, lo que lo obligó a regresar… justo cuando la policía ya lo estaba esperando. La periodista Mandy Fridmann informó que testigos aseguraron que Levy se resistió al arresto, lo que llevó a los oficiales a usar fuerza para esposarlo.

Durante la audiencia, transmitida en el canal de YouTube de Javier Ceriani, se estableció que el actor no podrá volver al restaurante y quedó bajo ciertas condiciones legales.

A pesar del revuelo, Levy se mostró confiado y se limitó a dejar que el tiempo y las cámaras —como él mismo dijo— hablen por sí solas.